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Acariciándo de forma vaga su sien, el castaño trato de disipar el dolor en su cabeza, las ojeras en sus ojos son la clara evidencia de la pesada noche que tuvo que enfrentar.

Dirigiéndose al gabinete de su cocina, tomo una taza para prepararse café. Lo necesitaba con urgencia.

Entre la pelea con Zayn, las miradas de tristeza de sus hijos y los múltiples arreglos para el cercano desfile de modas que será el punto culmine de la presentación de la nueva línea de ropa, habían acabado con todas su energías y ánimos.

Tomando cuidadosamente la tetera, sirvió el agua caliente, tomo una cuchara y trato de endulzar levemente su café, tomando la taza entre sus manos, soplo levemente y cuando iba a dar el primer sorbo, el estridente ruido de su teléfono al sonar le interrumpió.

Dejando de lado la taza se dirigió a la isla de la cocina donde estaba el endemoniado aparato.

El ceño del castaño se fruncio al ver que en el identificador se leía el nombre de su madre. Sin dudarlo atendió la llamada.

—Hola mamá. ¿Cómo estás?—Liam dijo apenas atendió la llamada.

—Estoy bien, cariño. ¿Y tú? ¿Cómo estás?—Liam suspiro y tomando su taza de café se dirigió a la sala de estar.

—He estado mejor. Pero eso no importa mucho. ¿A que debo tu llamada?—

—Un par de pajaritos me comentaron que las cosas no andan muy bien, así que decidí llamarte.—Liam cerró sus ojos, frustrados.—¿Que está ocurriendo entre tú y Zayn, amor?—

Liam dio un sorbo a su café. Ni si quiera el sabía que era lo que estaba pasando en el y el hombre de tez morena.

—Supongo que ya sabes que estamos juntos, de nuevo.—Liam murmuró.

—Algo supe.—

—Pues lo estamos, pero anoche tuvimos una pequeña pelea por mi culpa. Estoy estresado y no controle mi boca, y dije algo que claramente no debí decir. Lo estoy arruinando mamá.—Murmuró con cierta melancolía.

—No lo estás arruinando, cariño. Todas las parejas tienen su peleas, lo importante es que trates de arreglarlo. Has pensado en algo para arreglarlo ¿No?—Liam hizo una mueca.

—Honestamente, no. De verdad quiero arreglar las cosas pero no tengo tiempo, el trabajo me está consumiendo.—

—Liam.—La mujer regaño al castaño hombre.—Entiendo que el trabajo sea una prioridad, pero no cometas al mismo error de nuevo. Ustedes ya se divorciaron por el trabajo, no vuelvan a lo mismo. Porque ambos sufrieron sin razón, no se dañen de nuevo.—Liam cerró los ojos, sus ojos cristalizandose. La culpa consumiéndolo.

—Lo estoy jodiendo-o todo.—Liam se quejó con voz rota.—No quiero perderlo mamá, no de nuevo.—

—Y no lo perderás si detienes esto ahora y le das el lugar y tiempo que corresponde. Es tu pareja, Liam y padre de tus hijos.—Liam bajo la mirada, sintiendo ganas de llorar.—El trabajo es importante, pero nunca debes dejar de lado a tu familia, cariño.—

—Tengo miedo mamá. No sé qué hacer.—Liam confesó atemorizado a su madre.

Una sonrisa maternal se dibujó en los labios de Karen.

—Todo estará bien, cariño. Solo debes tomar las decisiones correctas.—

Liam hizo una leve mueca.

—Te extraño, mamá.—Murmuro con tristeza el hombre. Necesitaba de su progenitora en momentos como estos.

—Yo también, mi vida. Pero pronto iré de visita ¿Si?—Liam suspiro.—Arriba el ánimo, cariño. Te amo.—

Juego de Gemelos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora