One - Shots (Death Note)

2. Juego de rol.

♦ Sinopsis: Light y Lawliet llevan casados unos años, siendo ahora cuando la intimidad del dormitorio ya no es la que era. Pero Near, haciendo uso de su maldita imaginación, le da una interesante idea a Light sobre como subirle el ánimo a su marido. ¿Funcionará?

♦ Advertencias: lemon, AU, OoC.

♦ Personajes: Light y Lawliet.

¿Por qué habría hecho caso de los consejos de Near? Estaba claro que si en algún momento Light pensó que la idea del albino era buena, se había equivocado. ¡Maldito enano con cabeza de algodón! Claro, para Mello y él, acostumbrados a ese tipo de juegos, aquello era sencillo. Pero para él había sido muy difícil entrar al sex shop y preguntar a la dependienta donde estaba todo eso.

Y ahora estaba camino a su apartamento, con la compra diaria en una mano y una bolsa negra que contenía otro tipo de "cosas ". Lo que uno hacía por amor no tenía nombre.

Saludó con una sonrisa al portero del edificio, amando vivir en un lugar tan lujoso como aquel. Lawliet y él se habían casado hacía cuatro años, mudándose al centro de Tokio a los dos años de matrimonio. Eran una pareja con una estabilidad económica muy buena y por eso dieron uno de los pasos más importantes en su relación. Adoptar.

Saori y Chris eran mellizos; su madre murió al dar a luz por lo que los bebés se quedaron huérfanos nada más nacer. Light y Elle tuvieron mucha suerte de estar en la lista de espera, de tener unos ingresos mensuales altos y de aumentar así las posibilidades de ser papás. Light siempre sonreía cuando pensaba en sus hijos, amando cada momento que pasaba junto a los bebés. Aunque a veces se arrepentía de haber sido tan cabezota con eso de no contratar una niñera, encargándose él mismo de los cuidados cuando Lawliet trabajaba hasta muy tarde.

Aquel día no. Aquel día había avisado a su madre; que encantada, había recogido a su nieta y nieto para encargarse de sus cuidados con aquella emoción de las abuelas primerizas. A Light no le gustaba abusar de su madre así, porque odiaba depender de otros cuando eran su responsabilidad. Pero hacía tanto tiempo que Lawliet y él no pasaban una bonita noche a solas... Sin bebés llorando, sin vómitos, sin tener que preparar biberones cada cuatro horas... Pensaba aprovechar cada instante de libertad antes de volver a ser un padre ocupado.

En cuanto encendió las luces del apartamento, dejó la compra diaria en la cocina. Aprovechó para estirar los músculos con un suave quejido al extender los brazos, sonriendo al ver sobre la mesa los últimos artículos que Lawliet había publicado en el periódico diario. Su marido era un escritor increíble, cuyas columnas de sociedad daban muchísimo de lo que hablar. Siempre defendiendo las causas más justas con cada palabra. Estaba orgulloso de él por todo lo que había conseguido. Además, para que iban a engañarse; el trabajo de Lawliet generaba unos ingresos mensuales muy por encima de la media.

Por un momento casi olvidó la bolsa color negro; hasta que la vio junto a la puerta, tal y como la había dejado nada más entrar. Incluso sintió el impulso de tirarla a la basura, pero se contuvo cuando imaginó cual sería la reacción de Lawliet al verlo esta noche. Se sacó el teléfono móvil del bolsillo y le envió un mensaje a su marido:

Para "Panda ♥" [12:30]:

A qué hora llegarás a casa?

"Panda ♥" [12:45]:

Sobre las nueve, espero.

Para "Panda ♥" [12:50]: