One - Shots (Death Note)

6. El tirano.

♦ Sinopsis: Light Yagami es un hombre que sabe lo que quiere y cuando lo quiere. Cada vez que le echa el ojo a un negocio normalmente lo consigue cueste lo que cueste. Pero...¡Oh! Eso era porque nunca se había topado con alguien como Elle Lawliet; un maldito escritor especializado en apoyar las causas más desfavorecidas. 

Dicen que una buena cena suele ser la solución a cualquier tipo de conflicto. ¿Funcionará con estos dos hombres que se odian desde hace mucho?

♦ Advertencias: lemon, AU, OoC.

♦ Personajes: Lawliet y Light. Secundarios (Matt, Mello, Beyond, Near, Mikami)

"Es increíble como en una sociedad que presume de tantos pensamientos éticos y morales, aún encontremos personas con intenciones cuestionables como las de Light Yagami. Quizás sea porque entre la corrupción y el fraude monetario, existe gente que no sabe mirar más que por sí misma, importándoles muy poco las causas de los más desfavorecidos"

No fue capaz de terminar de leer aquel estúpido texto que había sido publicado en la columna de sociedad en el New York Times; firmado por Elle Lawliet. Un idiota que se creía algún tipo de héroe para la gente de la calle, velando por lo que él consideraba las causas más desfavorecidas.

Aquel artículo había despertado su malhumor, que ya de por sí solía ser habitual. Que un piojoso como el tal Lawliet se hubiese unido a los estúpidos animalistas lo encendía de malas maneras. Hacía mucho tiempo que llevaba luchando por hacerse cargo de una propiedad que estaba casi en desuso, sirviendo como refugio a los animales abandonados de los que se encargaba la gente que a vista de Light, tenían demasiado tiempo libre. Tenía planeado abrir un nuevo hotel de lujo en aquella zona e iba a derrumbar el estúpido lugar para conseguirlo, aunque conllevase el tener que pelear día sí y día también contra hombres como Lawliet. Ese escritor idiota y mete hocicos.

Le dio un sorbo a su café, sirviéndose una rebanada de pan caliente con aceite mientras se preparaba para el día que le esperaba. Tenía una reunión con los ejecutivos en cuarenta y cinco minutos, estando seguro de que su chófer ya estaba a pie del edificio. Así que sin demorarse demasiado, agarró su maletín del trabajo y se puso el precioso abrigo negro de Armani que había comprado días atrás, en una de sus tardes libres por el centro de la ciudad. Sonrió satisfecho, arqueando la ceja y prometiéndose a sí mismo que cerraría el trato antes de que finalizase el día.

―Oye Lawliet, ¿no crees que te has pasado un poco con el artículo?

El aludido desvió la mirada, fijándola sobre su hermano pequeño. Beyond estaba terminando de desayunar, sirviéndose un montón de mermelada encima de sus galletas con chocolate.

―¿Tú crees? ―dijo, algo distraído y observando como su perro entraba en la cocina, meneando la cola y ladrando un par de veces en busca de comida y cariño. Sonrió, acariciándole las orejas y hablándole como si fuese algún tipo de niño pequeño ―. Espero que Light Yagami haya leído el periódico hoy.

―¡Seguro! Lo has llamado orangután e idiota en el mismo artículo. Alguien se lo dirá si es que no lo sabe todavía ― rió, siendo ahora quien acariciaba al animal.

―¿Un hombre que quiere destruir un hogar para animales y que carga a sus espaldas numerosos actos como ese? Creo que mis calificativos hacia él han sido demasiado suaves.

No era la primera vez que Lawliet arremetía contra el japonés. A lo mejor no era un hombre millonario o con un estatus social muy alto, pero la gente de la calle lo apoyaba siguiendo de cerca los numerosos artículos que publicaba; muchos eran polémicos, quejándose de una sociedad corrupta que solo miraba por sí misma.