CAPITULO 1: Arabella

1.3K 69 11
                                    

Capitulo 1: Arabella

1 año después

30 Julio, 3:10 am

-¿Qué sucede cariño? –Era él, sus mismo ojos verdes, su cabello castaño, me abrazaba, tenía un anillo de compromiso en sus manos- Acepto –quería alcanzar su mano pero no podía- Me iré por un tiempo, pero quiero que me prometas algo... Prométeme que no te enamorarás de nadie –se lo prometí- Lo prometo...

Debajo de mi almohada, siempre lo guardaba, añoraba tanto el día en que regresara... pero nada pasó... hace cinco años que se fue y... Supongo que me rendí...

Desperté de mi sueño, estaba sudando frío, lloraba, no sabía qué hacer, sentía un gran dolor aprisionándome el pecho, comencé a llorar, tratando de no despertar a mi compañero de cuarto. Había fingido estar bien, había fingido que lo había superado, pero en realidad eso no era así, me sentía pésimo, no sabía cómo había llegado tan lejos, ahora estudiaba para olvidarme de que el existía, de que volvería y fingiríamos que no existía el tiempo que pasó durante cinco largos años.

Me desperté, todo a mí alrededor daba vueltas... Sentía que alguien me cogía por la cintura, estaba completamente desnudo y me dolía la cintura. Miré mi reloj- ¡Maldita sea! -ya era tarde... Necesitaba levantarme para ir a mi entrevista de trabajo- Hummm... -Escuché un pequeño quejido a mi lado- ¿A dónde te vas James? -sonreí pícaramente- Lo siento Annie, pero me tengo que ir, Oh, se ve olvidaba -le tendí la mano- Tu móvil -Annie comenzó a lloriquear- ¡James noo! Si borras tu móvil no sabré nada de ti -sonreí- Ese es el propósito linda -me tendió su móvil y yo borre mi número y el historial de llamadas- ¿No me das placer una vez más? -la miré a los ojos, me puse los bóxers, los tejano, mi  jersey y salía de su apartamento dándole un enorme azote a la puerta- Hijo de... -Fue lo último que alcancé a escuchar antes de meterme al ascensor... Salí del enorme edificio y caminé un par de cuadras hasta toparme con la entrada del subterráneo- ¡Vaya! ¿Ahora te llamas James, Kei? -negué con la cabeza- Ese es como un... ¿Cómo decirlo? -Yamato sonrió- ¿Es tu nombre de puta? -sonreí- Algo así -los dos reímos y luego pregunté- ¿Has sabido algo de él? -negó con la cabeza- nada en absoluto, supongo que el dinero que tengo es un poco... Inútil en estos casos... De todos modos, recuerda que él dijo que volvería sin importar nada -asentí- pero es un infierno... Han pasado cinco años, ¡Cinco malditos años Yamato! Y no lo puedo aceptar, no sabes cuán difícil ha sido no verlo, acostándome con personas que poseen rasgos similares, o que simplemente me he tirado por aburrimiento, esto no es vida, y espero que acabe pronto y vuelva.

De pronto vi un mensaje de texto- Estoy en el aeropuerto, iré a tu casa en cinco minutos -una sonrisa se dibujó en mis labios- Tengo que irme, el amor tocará mi puerta en menos de cinco minutos -abordé y bajé en la estación próxima a mi casa, al fin le vería... Después de tanto tiempo... Corrí hasta que mis piernas no me dieron para más enfrente de mi puerta... Un par de maletas y un chico de cabello oscuro y ojos verdes me esperaba, yo estaba en la esquina, observándolo, la respiración me faltaba, no me cabía la idea de que regresara, no me lo creía, corrí el último tramo hacia él, me abalancé a sus brazos, Aoi me reconoció enseguida- No has cambiado en nada cariño -dijo sonriéndome- tú tampoco amor -su cabello seguía igual de despeinado, pero con un aire sexy, vestía una polo negra y unos jeans ajustados de mezclilla, sus converse sucios se hacían presentes- Te he extrañado tanto, deseaba verte, necesitaba verte, saborearte y tocarte -sonreí- No seas un maldito romántico -le dije, después le obligué a entrar a la casa- ¿En dónde nos quedamos la última vez hace cinco años? -eso dolió, comencé a sollozar- Lo siento cariño, es solo que... -Aoi me silenció- Ahora estamos juntos -le besé intensamente, su lengua entrando en mi boca, sentía una oleada de sensaciones que ya hacía mucho que no podía sentir- Hummm... Extrañaba mucho tus labios -las lágrimas habían desaparecido, mi corazón volvía a estar vivo- Ah... Aoi, ¿Piensas hacerlo ahora? -asintió- Quiero fingir que estos cinco años no pasaron... –Estos cinco años de sufrimiento al fin habían acabado, esto era la gloria, Aoi y yo subimos a mi habitación, cerré la puerta con pestillo- ¿Regresaste a escondidas? –Aoi asintió- Nadie más que tú y Yamato saben que estoy aquí –Aoi me besó, tenía sus manos en mi cintura, ya hacía mucho que no sentía esta descarga, recorriendo cada centímetro de mi cuerpo- Pero hay algo que debo decirte –hubo un silencio incómodo, decidí romperlo, sabía que quería decir- No le tengo miedo a Arabella, Yamato y Akise me han advertido de ella, ellos... sabían que tu padre te había comprometido con ella –Aoi recargó su cabeza en mi hombro- Tengo miedo de que pueda hacerte daño, hace un año ella me advirtió que... si no me alejaba de ti te haría daño, por eso vine aquí sin avisar, porque necesitaba verte, necesitaba saber que estabas bien, los siento Kei, es mi culpa –Aoi comenzó a sollozar- No es culpa tuya cariño –dije abrazándolo- ¿Cuánto tiempo tienes antes de que tengas que volver a New York? –Aoi me miró con tristeza- Sólo tengo hoy, si no sospecharán.

UN DÍA MÁSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora