UN DÍA MÁS

CAPÍTULO 15: NUEVA VIDA

CAPÍTULO 15: NUEVA VIDA

Yamato condujo hacía la casa para ver a los chicos, solo encontró a Abi con los ojos llorosos. La chica en el instante que lo vio, corrió a abrazarlo- Yamato... Supe lo que pasó... yo... -Yamato deshizo el abrazo- ¿En dónde están todos? –dijo con un tono de voz serio- Se suponía que estarían ahí, son mis amigos... -Abigail lo miró confundida- Parece que siempre tienen cosas más importantes que yo, no les importo yo, ni el dolor que estoy pasando en estos momentos –dijo apartando a la chica de la puerta- Fue una estupidez venir aquí –sacó las llaves de su auto del bolsillo de sus jeans, y salió de la casa dando un portazo.

Caminó a su auto, metió la llave y abrió la puerta- Vaya, vaya, pero mira qué tenemos aquí –dijo Arabella con una sonrisa de oreja a oreja- ¿Qué mierda quieres? –dijo Yamato fulminándola con la mirada- Darte mis condolencias por supuesto querido Yamato –dijo tomándolo de la mano- Tus amigos no te comprenden, pero yo sí, te conozco, sé que Akise era solo tu juguetito sexual, y que tu verdadero amor era el rubio... ¿Cómo se llamaba? –dijo tomándose la barbilla y haciendo cara pensativa- Ukyo, se llama...llamaba, Ukyo –dijo Yamato apretando los dientes de rabia- Bueno... lamento que ya no esté con nosotros –Arabella soltó una carcajada. Sacó una tarjeta con una dirección y la metió al bolsillo trasero de los jeans del castaño- Llámame si quieres hablar con alguien –dijo la chica para subir a su auto y desaparecer. Yamato cerró la puerta del auto y se recargó en ésta... Se sentó en el asfalto soltando quejidos apenas perceptibles, las lágrimas ya no salían, estaba seco.

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-Kei... -Flourence le hizo señas a su hermano- ¿Eh? –ella sonrió- Ya llegamos –dijo la chica dándole sus llaves a su hermano- Es tu departamento, aquí puedes estar tranquilo y descansando –dijo dedicándole una triste sonrisa a Kei- Oh, vaya, yo creí que iríamos a casa –Flou lo agarró del hombro- Ésta es tu casa... Bueno, iré al trabajo, vendré a verte mañana, no vayas a hacer travesuras –dijo despidiéndose con la mano y corriendo a su auto. Kei puso las llaves en una mesita de noche, y se sentó en un sofá, encendió la tele y puso un par de películas.

Escuchó que alguien tocó a su puerta, se levantó y abrió la puerta- ¿Sí? –dijo asomando su cabeza, no había nadie en la puerta, alzó los hombros confundido y cerró la puerta, se sentó en el sofá de nuevo y le puso play a la peli.

2:30 am

Kei apagó la televisión y subió a su habitación, se quitó su ropa y se puso su pijama, se metió a la cama y observó un buen rato el techo, pensando en todo lo que podría haber hecho antes de entrar en coma <<¿Habría tenido pareja?, tal vez si hubiese logrado ser popular jajaja, o no no no no, tal vez, solo tal vez, hubiera confesado mis sentimientos hacia Aoi jajaja, ese chico, era bastante lindo, quién sabe qué habría sido de él, probablemente administre la compañía de su padre, se haya casado, tenido hijos... algo así>>- Ah, cuánto hubiese hecho en estos cinco años –se dijo a sí mismo. Una lágrima descendió por su mejilla, cerró los ojos y se durmió.

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-Señor... Despierte –Aoi se cubrió los ojos con el brazo- ¡Señor! No puede estar aquí, vaya a casa, es tarde y la playa es peligrosa a horas tan altas –Aoi despertó de golpe- ¿Noche? –miró a todos lados confundidos- Estos borrachos –dijo un viejillo con una linterna, caminando al lado contrario, dándole la espalda a Aoi- Nunca entienden –Aoi miró su puño, todavía tenía el anillo en su mano; lo volvió a guardar en su cartera y subió a su moto, condujo un par de calles, sin rumbo alguno... Cuando menos se dio cuenta, ya estaba afuera del apartamento que había comprado para Kei, había una luz encendida, era Kei, viendo la televisión. Aoi sonrió tristemente, él debería estar ahí con él, en cambio, cada vez trataba de alejarse aún más de su amado, apagó un momento su motocicleta y la aparcó un par de casas atrás. Caminó hacía el departamento y tocó la puerta, abrió los ojos como platos <<Idiota>> se dijo a sí mismo y echó a correr antes de que saliera el ojiazul. Aoi se escondió un par de casas atrás rascándose la cabeza con nerviosismo- Idiota, idiota, idiota, ¿Qué diablos haces? –dijo poniéndose las manos en la cara en señal de vergüenza, escuchó la voz de su amado al abrir la puerta- ¿Sí? –Aoi se asomó de nuevo, Kei ya había cerrado la puerta- No debo volver a hacer eso... -dijo corriendo a su motocicleta y encendiendo todo para irse lo más pronto posible.