CAPÍTULO 1

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Árboles y maleza era lo que alcanza a divisar a su alrededor mientras corría huyendo de quien sabe qué y yendo a quien sabe dónde, su respiración agitada daba indicios de que llevaba haciéndolo desde hace mucho tiempo, pero porque. Porque estaba tan desesperado por salir de allí.

~Daehyun debemos apurarnos.

¿Apurarse? ¿De qué? ¿Por qué corremos? ¿Qué es este lugar? A su lado varias personas también hacían los mismo que él, sus vestimentas eran un tanto extrañas pero...

~Vamos Daehyun que tenemos que ocultarnos.

...muy en el fondo los conocía a cada uno de ellos pero justo ahora no los recordaba. ¿Porque no los recordaba? Todo era confuso ¿Quiénes son ustedes? ¿Cómo saben mi nombre? ¿Qué es tan peligroso para ocultarse?

~Daehyun.

Otra vez lo llamaban y se detuvo en seco al darse cuenta de que estaba solo ya nadie estaba con él, su entorno se volvía poco a poco nubloso tanto que ya no distinguía nada a su vista.

- Daehyun despierta.

Abrió los ojos incorporándose bruscamente de su asiento mirando a su alrededor encontrándose con su ¿oficina?

— ¿Qué te pasa? —al frente suyo un muchacho alto de tez clara y de cabellos oscuro lo veía preocupado, se había quedado dormido (sobre su escritorio) en medio del trabajo — Aun te duele la cabeza.

¿La cabeza? en que momento había dicho eso, ya ni se acordaba. Todo lo que había en su mente era sobre ese maldito sueño que últimamente se repetía con frecuencia. Lo diferente es que las veces anteriores le hablaban pero no lo podía escuchar, estaba vez sí lo hizo. Y que supieran su nombre lo confundía.

— No seas tan estresante Minhyun, debes darle su espacio.

La puerta estaba abierta un chico estaba vez moreno de baja estatura estaba recargado en ella. Si. Definitivamente estaba en su oficina y de alguna forma (que desconocía) era la principal fuente de preocupación de aquellos dos.

— Que tiene de que me preocupe por el Jonghyun — lo encaro — En los últimos días anda raro y tanto tú como yo lo ha notado — no otra vez. No.

— No digo que no te preocupes, lo que te pido es que no lo estreses más de lo que ya está.

Eran sus mejores amigos y los conocía desde antes de poder saber que no todo lo que veía a su alrededor era de color amarillo o de que los lápices sirven para escribir no para cargarlos en la boca.

— Y en qué momento, por si se puede saber, lo estoy estresando.

Pero cuando entraban en modo sobre-protector eran odiosos. Ambos por igual. Esa era la palabra correcta para definirlos, se acomodó de nuevo en su escritorio, como veía las cosas esto daba para largo.

...
 

Luego de algunas quejas reclamos y entre otras cosas todo volvió a la normalidad, sus amigos ya se habían marchado de su oficina, claro que después de decirle que más le valía no salir huyendo (cosa que hacia adrede) porque lo encontrarían así se sea debajo de las piedras. Muy dramáticos pero los apreciaba a los inadaptados esos.

El resto del día todo fue normal, papeles iban y venían, que firme aquí que revise acá, aburrido como siempre desde que entro a trabajar. No es que se quejará de ello pero la realidad es que él nunca se visualizó encerrado en una oficina, solo tenía que esperar a que su hermana se recupera de la cirugía que por fuerza mayor tuvo que someterse y volver a ser ese chico que le apasiona el arte y la música, su familia tenía mucho dinero y empresas pero esto no era lo suyo definitivamente. Se estiro en su silla haciendo crujir su cuello en el proceso, abrió el primer cajón de su escritorio sacando una hoja de papel y tomado un lápiz. Poco a poco los trazo que hacía tomaban más forma, era ese bosque del que tanto corría en sueños, trato de plasmar los rostros de aquella personas que estaban junto a él logrando solo la dibujar sus siluetas. Cinco personas en total, cinco y con él serían seis, una de ellas sobresalía del resto, suspiro lo mejor era apurarse con el trabajo y terminar de una vez, agarro su bolso y con cuidado doblo el papel guardándolo en una la carpeta donde se encuentra sus demás dibujos.

Como había sido advertido antes sus amigos aparecieron llevándoselo a cenar algo ahora estaba en el apartamento que compartían ellos. Tokyo de noche seguía siendo igual de concurrido, en un principio le costó el idioma (aun lo hace) pero ya lo habla más fluido, tampoco tiene que esperar a que su amigo Minhyun le haga de traductor para saber que dicen los otros.

Un dato curioso y no es que Daehyun sea chismoso ni nada parecido, pero sus amigos tienen una relación un tanto peculiar, no eran pareja pero se comportaban como una, decían que no se gustaban cuando a leguas se notaba lo contrario, así de simple era la cuestión pero ellos no querían dar ese paso más allá y como espectador le era frustrante. Daehyun a sus ahora 24 años no había salido con muchas chicas y no es que no sea atractivo, lo era, pero presentía que aquella persona "especial" lo esperaba en algún lugar. Algo cursi por cierto pero así lo sentía.

Al llegar a su casa (mansión) se dirigió a su cuarto para tomar una ducha y finalmente dormir solo esperaba que ese sueño no se repitiera porque si seguía así tenía que hacerlo saber a alguien. Fue hasta su armario y saco una muda de ropa y se adentró al baño.

...

Eran las 3:00 am y tenía sed, ya llevaba rato moviéndose en su cama para ver si lograba dormir otra vez pero nada, resignado se levantó para ir a la cocina y cumplir con el capricho de su cuerpo.

Abrió el refrigerador y saco una botella de agua que contenía aquel líquido que no lo dejaba conciliar el sueño, miro a su alrededor, todo estaba a oscuras tanto que sentía que en cualquier momento algo aparecería, miro hacia la botella otra vez, toma agua y vete a dormir se repetía mentalmente, un ruido lo sobresalto, cerro el refrigerador por auto reflejo llevándose la botella con él, no valla siendo que le de sed de nuevo y a paso rápido fue a su cuarto, cuando vio su puerta suspiro aliviado, tomo el pomo pero antes de poder girarla escucho eso otra vez.

~Daehyun.

Cubrió su boca cuando sintió grandes deseos de gritar, no esto no podía ser cierto.

~Estás bien.

No lo estaba. Daehyun no estaba soñando esta vez, esto no era un sueño o si, pero escuchaba esa voz demasiado claro para su propio bien. Para ser más específico a su espalda.

~Mírame.

No.

~Vamos. No me reconoces.

Daehyun no tenía idea de quien era solo deseaba que lo dejara en paz, solo eso. No quería voltearse tampoco.

~Daehyun.

— ¡¡No me molestes Youngjae!!

De un solo se sentó en su cama, había sido un sueño otra vez, pero ese no era aquel bosque y tal parecía que quien lo llamaba era un tal Youngjae.
      
    
   

Rewind || B.A.PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora