✓ | Hermione Malfoy, regresa.

𝐏𝐑𝐎́𝐋𝐎𝐆𝐎.

Lucius y Narcissa Malfoy no tuvieron solo un niño, también tuvieron una niña. Una niña que escondieron desde su nacimiento, en 1982, por su seguridad y por el bien de la familia Malfoy. No era habitual que los Malfoy tuvieran una niña, pues Hermione había sido la excepción en muchas generaciones, y nadie quería generar rumores insólitos respecto a su llegada al mundo. Es por esa misma razón que, a los pocos días de nacer, hicieron creer al mundo mágico que la pequeña había muerto.

Pero no era más que una noticia falsa.

Enviaron a Hermione con unos conocidos magos que tenían en Estados Unidos, a pesar que la seguían manteniendo como hija suya que era.

Hermione Malfoy no murió en septiembre de 1982, sino que sobrevivió durante muchos años más bajo una identidad falsa que no sospechó en mucho tiempo.

Fue criada como si fuese una Picquery, sin conocer su historia hasta que llegó a mitades de primer curso, cuando descubrió que aquellos que decían ser sus padres adoptivos no eran más que unas personas que la aceptaron por petición de su familia biológica. Y no, no lo descubrió por boca suya, sino por un intercambio de cartas que mantenían constantemente ambas familias. Por las cartas que Narcissa Malfoy le escribía sin saber la propia Hermione la verdadera relación con ésta.

A partir de entonces, aunque al principio no se lo tomó nada bien, Hermione empezó a hablar con Narcissa, su madre. Y, con el tiempo, fue su propio hermano mayor quien se interesó en ella.

Su vida no fue un cuento de hadas ni un mundo de color de rosa pero, cuando supo que las cosas en Inglaterra habían cambiado y que las aguas se habían calmado, la castaña decidió volver al lugar del que no debió nunca irse.