c i n c o

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Así que adelante,
acabas de caer muerta.

La mañana siguiente, Calum se escondió detrás de un árbol de su escuela, maldiciendo entre dientes mientras apretaba sus sienes con sus dedos.

La necesidad de encender algo lo estaba consumiendo. Necesitaba quemar antes de quemarse a si mismo.

Justo entonces apareció ella. Había cambiado, su cabello ahora estaba por los hombros y se veía de un rojo brillante. Lentes de contacto verdes no lograron ocultar la intensa mirada que le dio.

Le ofreció un encendedor, sonriendo por primera vez desde que lo conoció.

—Hazlo arder.

Maniático, sacó un cuaderno de su mochila y fue incendiando hoja por hoja, con ella de rodillas frente a él aun sonriendo.

Adorando el fuego con su mirada.

Cuando el timbre sonó, ambos se levantaron y se fueron como si nada. Justo como siempre.

Fire » c. hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora