c a t o r c e

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Caminabas,
hablabas,
eras un cadáver como mucho.

Calum bajó las escaleras molesto, preguntandose quien estaría tocando la puerta desesperado un domingo tan temprano por la mañana.

La abrió y frente a ella estaba Camille. Lucía desesperada, con su cabello enmarañado y grandes ojeras bajo sus ojos, fue inevitable no sentir lastima.

—He visto un volante en el parque con mi cara, me están buscando, no quiero regresar ahí.

Calum la tomó por los hombros y delicadamente la sentó en el sillón de su sala. Temblaba de arriba abajo, así que comenzó a acariciar su cabello.

—Todo estará bien, estas muy distinta, no te encontrarán —murmuró con las palabras atascadas en su garganta.

—¿Lo prometes?

—Mmm.

Fire » c. hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora