Epílogo

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Tu empezaste el incendio,
y es tiempo de que comiences a arder.

Epílogo:

“—¿Novecientos once?

—¿Cual es su emergencia?

—Mi amiga intentó matarme incendiando mi cuarto. Logré escapar, pero ella se volvió cenizas y siento que si sigo mirándola... me convertiré en cenizas también."

Calum miró la tumba frente a él. El cemento recién puesto y un pequeño ramo de rosas rojas sobre él. Tenía ganas de vomitar, de desaparecer, pero sentía que si no se movía quizás todo estaría bien.

Él no pudo ayudarla, había muerto frente a sus ojos.

Paige se sentó a su lado, sintió su largo cabello rozar su brazo. —No sabía lo que estaba pasando, si no hubiera vuelto antes. Ella ya no tenía salvación, desde el momento en que huyó del hospital ya no había regreso.

—Ella me quería muerto, quería que ambos nos quemáramos.

—Ella tenía problemas, sus deseos no tenían sentido. No te sientas mal por ello.

Calum solo se encogió de hombros y asintió sin saber que más decir. —Gracias por llegar a tiempo.

—Me asusta saber que hubiera pasado si llegaba tarde... Cuando Ashton me llamó para avisarme que Camille estaba en mi casa regresé lo más pronto posible porque sabía que solo significaba problemas. Cuando vi el humo bajando de las escaleras... Supe lo que estaba pasando.

Sus grandes ojos estaban enmarcados por grandes ojeras iguales que las de Calum. Ella suspiro y sin decir más se alejó de ahí dejando a Calum solo.

Él tomo el ramo de rosas rojas y con un encendedor fue prendiendo una a una, dejando a cada una arder en su totalidad para luego mirar las cenizas irse con el viento.

El humo lo envolvió, el olor le hizo sentir un poco mejor y con más ánimo. Ella lo querría así, ardiendo.

—Ahora estás en un lugar mejor, Mille, un lugar sin voces donde nadie te puede lastimar y tu no puedes lastimar a nadie —mordisqueó su labio —. Sinceramente, no te extrañaré quemando mi casa, ahora debo gastar un montón de dinero por tu culpa.

Con el fantasma de una sonrisa levanto una última rosa y la encendió en llamas dejandola caer, cuando el humo se alzó y llegó a su rostro cerró sus ojos y grabó la escena por última vez. No volvería a ese lugar nunca más.

El humo se deslizó por sus hombros y cuando llegó a su oído pudo escuchar un leve susurro, uno que le hizo sonreír y abrazarse a si mismo, tanto drama le estaba haciendo comenzar a delirar.

—Arderás.

—Disculpame, pero aun queda mucho tiempo para eso, disfruta mientras tanto tu estadía en el infierno.

Y sin una palabra más se alejó del lugar a paso lento pero seguro. Era el último recuerdo que conservaría de Camille, desde ese momento no pensaría más al respecto.

—Tu cavaste tu propia tumba cariño, así que adelante.

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Si alguien todavía lee esto, perdón.
Aquí está, gracias por llegar hasta aquí.

Btw, es el turno de Michael.
22 de enero del 2020.
❤️

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