Capítulo VI: Pánico.

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La mañana llegó y, con ella, las despedidas. Algunos lloraban y otros, con toda su inexpresiva respuesta, simplemente se dijeron un simple adiós. Todos los chicos ajenos al apartamento múltiple fueron a sus respectivos hogares.

Los aspirantes a policía caminaban tranquilos cuando Rin, cauteloso de que su mejor amigo no mirase, le mandó un mensaje a Makoto en el que le explicaba la situación y le pedía que presionara a Haru para que hablara. Él se encargaría de hacer hablar al grandullón.

Los días pasaban tranquilos hasta que llegó el día en el que Sousuke se saltaba una de las clases matutinas para irse a rehabilitación. Obviamente sus profesores lo sabían, no como su mejor amigo. Dado que no podía salir de clase esa mañana decidió no ir con la escusa de que se encontraba mal. Esperó camuflado a que su amigo saliera para seguirle. Para su sorpresa descubrió que hablaba con Haru, el chico al que siempre había odiado. No pudo escuchar la conversación.

Todo esto se lo iba retransmitiendo a Makoto al momento, lo que hizo que el castaño prestara atención a lo que Haru decía. Solo pudo entender un "no te saltes la dieta y suerte en rehabilitación". Cuando se lo contó al pelirrojo pudo entender algo; se habría lesionado y no le había dicho nada, cosa que le molestaba. Sin embargo, esa molestia se fue cuando el camuflado vio a su amigo entrar a un psicólogo después de haber ido a rehabilitación.

Por otro lado, Makoto no hacía nada más que preguntarle acerca del viaje y, sobretodo, de Rin. Si Haru ya tenia bastante con que su amor quisiera a su mejor amigo, el que su amigo le corresponda ya le reventaba, cosa que Makoto notó y preguntó aún más acerca del tema. Obviamente el moreno no tenia ganas de discutir así que simplemente se fue directo a casa, apagó el teléfono y se metió en la bañera tranquilo. Makoto no sabía qué más hacer así que esperó a que el pelirrojo le llamara con nuevas noticias.

Sousuke salió del psicólogo y pasó al psiquiatra a por pastillas más leves dado que al haber encontrado a alguien con quién hablar le estaba haciendo bastante bien. Al salir tenía una sensación muy extrana, sensación que pasó a ser pánico cuando vio a Rin con cara de enfado en la puerta del hospital. «¿Acaso no me vas a decir lo que haces aquí? Me he tenido que saltar las clases para averiguarlo...» dijo el pelirrojo con los brazos cruzados y bastante enfadado. A Sousuke esta situación le estaba causando mucha ansiedad, tanta que pensaba que se iba a ahogar pues lo último que quería era que él se enterara de todo. No solo se pondría pesado por lo del hombro, sino que tendría que lidiar con todas las reacciones que tendría si se entera de las enfermedades mentales del azabache. Simplemente se quedo callado, con la respiración agitada y sin poder mirarle a los ojos.

Rin estaba poniéndose histérico y justo antes de que pudiera acercarse a su amigo el teléfono de este empezó a sonar. Sousuke lo miró y lo cogió cauteloso para que el contrario no pudiera ver el nombre, pues sabría que sería Haru. «Sí, todo bien... Sí, me las han cambiado... Ok, la seguiré, tranquilo. Nos vemos.» Rin escuchó esas contestaciones y se puso a preguntarle acerca de la persona contraria al teléfono y de todo lo que le podría estar pasando, todo esto ignorando su teléfono, el cual no paraba de vibrar.

Todo el camino a la escuela eran constantes preguntas del pelirrojo al azabache, el cual solo le ignoraba. Cuando Rin decidió rendirse con el interrogatorio vio su teléfono y seguidamente miró a Sousuke con los ojos llorosos; no se creía lo que estaba leyendo.

NakamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora