Capítulo VII: De mejores amigos a nada.

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«Mensaje enviado a las 11:43: Haru acaba de llamar a Sousuke para preguntarle por cómo le había ido en rehabilitación.»
«Mensaje enviado a las 11:49: Le acaba de preguntar por las pastillas de la ansiedad y ahora por si le han cambiado las de la depresión.»
«Mensaje enviado a las 11:52: RIN TENEMOS QUE HACER ALGO.»

Tras ver esos mensajes Rin, como siempre, no pudo evitar llorar y darle pequeños golpes en el pecho de su mejor amigo mientras no paraba de preguntarse el por qué de no decirle nada. Sousuke le quitó el teléfono como pudo y vio los mensajes, lo cual le enfadó bastante.

Hasta que no llegaron a su habitación ningún chico dijo nada pero, una vez allí, el mayor explotó. «Has estado espiandome. Y lo peor de todo es que has metido a Makoto en esto y ahora medio grupo sabe lo que llevo ocultando años. Sí, sé que estoy jodido y no necesito más gente para que me de sus miradas de pena...» dijo furioso y con un tono de voz más elevado de lo normal. Rin, sin parar de llorar, estaba experimentando sentimientos de pena y enfado ya que se sentía mal por no poder ayudar a su amigo y estaba furioso por que este no le contara nada. «Sou...siento todo, pensé que estabas liado con Haru o algo así... Jamás pensé que...» No pudo terminar la frase ya que entró en llanto. Esto hizo que el azabache se calmara un poco y, para animar algo al pelirrojo, le dio un leve golpe en el hombro y le dijo que no pasaba nada, que ya hablarían al día siguiente.

La mañana llegó y, dado que todo se sabía, Sousuke no tenía que esconder las pastillas, que decidió tomarse en la habitación, delante de Rin. Al ver esa escena no pudo evitar poner una cara lastimosa, este acto le molestaba tanto al contrario que tuvo que irse. Era normal que le molestara pues todo el mundo que se enteraba de su condición la ponía y le hacía pensar en lo difícil y triste que era todo en ese momento.

Fuera de la habitación llamó a Haru, no sabía si lo cogería dado que era temprano pero para su sorpresa sí lo hizo.

«¿Qué pasa, Yamazaki?» dijo el menor con voz somnolienta.
«¿Qué clase de voz es esa, Nanase? Esto puede que te siente mal pero creo que deberías saber lo que nuestros quierdos amigos nos han hecho. Makoto y Rin se han compinchado para descubrirnos y ahora Rin lo sabe todo....tsk ahora me mira con pena... En fin, ten cuidado por si descubren lo tuyo.»
«No te rías de mi voz mañanera, la culpa es tuya por llamarme. Y gracias por decírmelo... ¿Estás bien?»

Sousuke solo hizo una mueca de asentimiento y colgó, le estaba empezando a gustar hablar con Haru sin la hostilidad a la que estaban acostumbrados y con el tono gracioso. Todo el enfado que su mejor amigo le había causado se había ido y, tras eso, volvió a pasar a la habitación para terminar de arreglarse para clases. Rin hacía lo mismo que siempre pero se notaba el ambiente tenso.

Por otro lado, Haru se había enterado de que su mejor amigo le había traicionado y junto con la decepción de su amor frustrado se estaba formando en él un gran enfado, tanto fue esa mañana que no salió de la bañera incluso si su amigo pasó a su casa y, dado que había cerrado con llave el baño, al castaño no le quedó más que irse a clase sin él, el cual supuestamente estaba enfermo. Makoto le conocía tan bien que sabía que algo pasaba pero por mucho que preguntara el menor no hablaba.

Pasó la semana y los dos morenos se estaban distanciando de sus mejores amigos; a Sousuke le molestaba la preocupación excesiva de Rin y a Haru, que su amigo le estuviera robando a su amor. Además, ambos sabían que les habían espiado. Viendo este acontecimiento Rin y Makoto decidieron ir a ver a sus amigos así que una vez que terminaron la academia de policías y la de bomberos, esperaron a que Haru terminara el servicio y fueron los cuatro a cenar.

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