Nakama

Capítulo X: Novio de Lali-kun.

De camino al hospital, Sousuke no hacía nada más que preguntarse que a qué había venido, sabía perfectamente que el mayor necesitaba tiempo y había dejado claro con su ausencia que podía ir a rehabilitación solo. Por parte del contrario, ni siquiera él sabia lo que hacía, simplemente echaba de menos pasar tiempo con Sousuke y no quería seguir preguntándose más, tenía encontrar algo que no quería y complicar las cosas.

En en hospital todo era normal, el Doctor les saludó amigablemente como siempre y se metieron a las salas de rehabilitación. Otra vez Haru tuvo que ver ese cuerpo sudado y musculoso.

"Ps, tontaco, deja de mirarme como si quieras comerme, me pone nervioso." esas palabras sacaron al menor del trance. Se ruborizó y miró hacia otro lado.

"No sé qué pretendes pero no vengas a ayudar si te vas a quedar ahí mirándome sin más." estaba un poco molesto, sabiendo sus sentimientos no entendía por qué había vuelto con él y por qué le miraba así. Se suponía que le gustaba Rin, ¿no?

«Te dije que te ayudaría, además tengo poco que hacer hoy y...te debo una, así que aquí estoy» una vez dicho eso se dio la vuelta para untarle las cremas que tenía que echarse en el hombro malherido cuando, de repente, vieron a Haruka ponerse al lado de ellos dos.

«Hola, boca chancla. ¿Cómo va la pierna ortopédica nueva?» a pesar del tono brusco que parecía tener Sousuke hacia su amiga, en verdad la quería un montón y no le había guardado rencor alguno por confesar sus sentimientos.

«Hola, Lali y novio de lali-kun. Me molesta un poco, todavía no estoy acostumbrada pero ahí voy.»

Tanto Sousuke como Haruka pensaban que Haru negaría ese "novio de lali-kun" pero para su sorpresa no lo hizo. El resto del día en el hospital fue como siempre y, al salir para no perder la costumbre, fueron a tomar algo, evadiendo el comportamiento tan extraño que estaba teniendo el menor.

Cuando llegaron al apartamento múltiple, Rin, Ai y Momo estaban jugando a videojuegos y, puesto que Haruka les había hecho una visita, le invitaron. A pesar de sus muchas negaciones a la oferta, este se quedó, aceptando de inmediato cuando el pelirrojo le había comprado caballa a posta.

El invitado se quedó jugando mientras otros cocinaba; tuvieron una cena muy normal, contando bromas y hablando de Haruka, la amiga de Sousuke. Todos se rieron al saber que Haru fue apodado como "novio de lali-kun", algo que no pareció molestarle al menor.

A la hora de dormir, Rin le prestó ropa interior, pues la de Sousuke no le quedaba bien. Y este último le dejó un pijama de sobra; le quedaba enorme, lo que hizo verse adorable y que el mayor soltara unas carcajadas. Hasta le dejaron un futón para que durmiera en la habitación de Rin. Se negó y durmió con Sousuke. Rin pensó que era por los sentimientos que tenía hacia él pero Sousuke no se lo tragaba tanto.

Haru estaba confuso porque quería seguir queriendo a Rin o, por lo menos, no empezar a querer a Sousuke, sin embargo, ya era tarde.

Estando ambos morenos en sus respectivas camas, Sousuke en un tono burlesco soltó «buenas noches, novio-chan». Haru contestó «deja el chan a un lado, bastante tengo con que Makoto me lo siga repitiendo después de toda una vida con él »

«¿Me puedes explicar qué mierdas te pasa conmigo? Antes nos odiábamos, luego nos ayudamos y ahora estás demasiado cariñoso conmigo. O me vas a corresponder los sentimientos o estás planeando algo para matarme como un yandere... No hay quien te pille, waterboy» dijo Sousuke bromeando, aunque con cierto matiz de verdad. No creía que le quisiera como tal, simplemente pensaba que estaba huyendo de su amor no correspondido.

«No soy yandere y tampoco me llames waterboy, tonto...» contestó arropándose entero y cogiendo posición fetal en su futón. Estaba escondiendo su ruborizada cara.

«Oye, Haru, que te vas a asfixiar...» preocupado por él y medio riéndose se levantó de la cama para destaparle y así molestarle un poco cuando le vio todo rojo. «Haru...¿no será verdad? Porque si es así te reviento ahora mismo.» Sousuke no se lo podía creer del todo pero viendo la expresión que había puesto el menos, acompañado del gesto que volvió a repetir tapándose de nuevo, todo le quedó muy claro.

«Pues nada, tendré que pedirle a Rin condones porque los mios estarán caducados y con telarañas.» Se levantó e hizo el intento de salir de la habitación para coger la mercancía.