Sin ti

Extra #1

5 años después.

<< ¿Y qué has aprendido después de tanto dolor, de tantas traiciones? >>
        Entonces le respondí:
  "Aprendí a siempre sonreir"

Los primeros meses lejos de James fueron un infierno, entre en depresión, estuve con tratamientos psicológicos y mi anorexia cada vez aumentaba más. Estuve internada mucho tiempo, casi dos meses.
Perdí el trabajo de mis sueños por no poder valorarlo. Y encima me tuve que volver a casa de mis padres por el echo de que no estaba bien.

Llore, llore mucho.

Me eché la culpa de no ser demasiado para lo que él se merecia, me culpe de volver a creer en el amor otra vez, y jure no enamorarme nunca más.

Hasta que llegó el.

La persona que ilumina mi día a día con esa sonrisa que derretiría a cualquiera. Con esas pecas sobre su nariz, qué lo hace lucir tan inocente... Y es a alguien que no comparto. Es mío, solo mío.
Cuando me enteré de la noticia no sabía si reír o llorar. No sabía si estaba feliz o triste.
Admito que el primer tiempo tuve mucho miedo, estaba aterrada realmente. Todavía no había salido del todo de mi recuperación, y los médicos temían de mi reacción ya que me estaba haciendo tratar.
Puse de todo mi empeño para poder salir adelante sin el.
Con la ayuda de mis padres poco a poco fui saliendo adelante, se vinieron a vivir conmigo un tiempo a Londres ya que había conseguido otro trabajo y para que no estuviera sola durante los siguientes nueves meses.

Benja.

Ese es su nombre.

Es el nombre de mi hijo.

El gran amor que tengo en el día de hoy, y el que va a ser siempre...

En cuanto me enteré de la noticia creí volverme loca, estaba sola, sin nadie que me pudiera dar un abrazo y que me dijera que todo iba a estar bien, nada. No tenía nada.

No dude en llamar a James en ese instante, pero al hacerlo sentí que se me rompió más el corazón. Todavía lo recuerdo como si fuera ayer, cuando me atendió el celular Natalie y me dijo que estaba embarazada y que iban a formar una familia.

Ya me había sacado de su vida, cuando yo recién estaba asimilando el echo de que habíamos terminado.

Empecé a sentirme mal, hacia unas semanas que había empezado el tratamiento ya que mi forma de bajar de peso de golpe me puso al borde de la muerte. Dos semanas internada en observación y muchos hidratantes y suero. He de ahí perder el trabajo, la reciente noticia del embarazo, y todo junto. Explote.

Los primeros tiempos fueron aterradores, no dormía, no podía comer ya que lo devolvía y tenía bajas las defensas. Cuando llegue a los cuatro meses casi lo perdí. Mis padres se enojaron y me hicieron tratar con un psicólogo otra vez, hasta que poco a poco fui mejorando. Empecé a sonreír, a comer y a levantarme temprano todas las mañanas para cumplir con mis tareas, me tuvo que pasar todo eso para darme cuenta de que me estaba destruyendo yo sola y por un hombre. Cai bajo.

Entonces lo entendí.

Debía salir adelante con o sin él para poder continuar con mi vida, y con el bebé que venía en camino. No odio a James, si es lo que se preguntan. Aprendí a perdonarlo en silencio, y sin guardar rencores, ya que el odio no sirve, te hace huecos ahí donde estas roto y no me dejaba sanar.
Odiar no funciona, porque estaría odiando todo lo que una vez quise mucho. Es un falso instrumento del olvido. ¿Como se puede dejar ir lo que sigo alimentando con emocion? Odiar no me deja aprender. Simplemente me cansé de tanta gambeteada, ya que nunca iba a suceder el gol. James en mi vida ya dejo de ser especial.

Me lo repito todo el tiempo.

Con el fin de cerrar el capítulo de mi vida, le envié una carta, pero no en su dirección, se la envíe a su amigo, ya que estuvo en contacto conmigo todo el tiempo desde que se enteró de mi embarazo.
Nunca supe si la leyó o no, ya que Matt nunca me lo dijo, pero sé que el no me fallaría.

Ocasionalmente mis padres me preguntan sobre el y siempre termino diciendo lo mismo, ya fue, igual, mejor.

Me sobresalto cuando tocan la puerta de casa, es raro, no esperaba a nadie hoy. Observó a Benja una vez más y está muy concentrado pintando, me dirijo a la puerta y esbozo una grande sonrisa al ver quién está del otro lado.

— ¡Tío Lucas! — Dice mi niño con una alegría increíble.

— ¡Pero si es el pequeño príncipe! ¿Como estás hoy campeón?

— Muy bien, mamá me enseñó algo nuevo hoy.

— Genial, ¿me lo mostrarás luego?

— Claro. — Vuelve corriendo para terminar su dibujo.

Lucas me mira y busca algún indicio para ver si he llorado hoy u algo por el estilo, pero lo cierto es que no.  Deje de llorar hace mucho por James. Ya forma parte de mi pasado.

No sé cómo se enteró Lucas de todo lo que me estaba pasando, pero logramos hablar e hicimos las pases como era debido. Me sentí culpable luego de que me contará todo lo que había echo para protegerme, mientras yo no tenía idea de nada.
Con Annie las cosas van mejor, también logramos hablar y poco a poco mi vida fue tomando otro rumbo, ahora es la tía preferida según Ben.

Siento que puedo volver a respirar poco a poco...

Ya no tengo miedo de enfrentar nada sola. Porque no lo estoy. Me siento mejor, y voy a seguir haciendo todo lo posible para que siga así.

Cierro los ojos, inhaló fuertemente y luego suspiro. Cerré el último capítulo de mi vida.

Adiós James.

Es hora de empezar un libro nuevo.