Cálidos destellos de sol me pellizcan la cara y me obligan a abrir los ojos. Despierto bajo la sombra de un gran árbol, con ramas bailando al son del viento. Me levanto, voy vestido con solo un mameluco blanco, bastante vergonzoso para alguien de veintidós años. Inmediatamente me deslumbra el paisaje: colinas verdes, árboles frondosos, flores de todos los colores, y un riachuelo serpenteando entre las colinas. Los árboles están cargados de frutas, pero no de forma convencional, hay árboles de bananas, sandías, incluso árboles de maní, y también frutas que ni siquiera reconozco. Alzo el brazo para tomar una de esas frutas extrañas, pero no se rompe su tallo, por más que halo no se desprende de la rama.
–No va a salir–oigo de una voz infantil, volteo y una niña de piel blanca como las nubes me devuelve una mirada de ojos grises–. No puedes comerla sin que el árbol te diga.
– ¿El árbol?–pregunto viendo en derredor, pero pierdo el interés en la fruta–. ¿Estás aquí sola, niña? Estas con tus padres ¿verdad?
–No tengo padres–responde con convicción en su voz–. Y no me llamo "niña" soy...–no logro entender el nombre, pero no se lo pregunto de nuevo–. No deberías estar aquí, si te ve tendrás problemas.
– ¿Me ve quién?–pregunto alejándome de ella–. ¿Dónde estoy?
Pero antes de escuchar la respuesta todo se vuelve oscuro. Un sonido repetitivo comienza a sonar, y despierto en mi cuarto con el sonido de la alarma taladrando mis oídos.

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CONTROL
FantasyWilliam Sullivan vive una vida que de hecho no quiere, con un trabajo mediocre y sin mas familia que su esposa embarazada Victoria. William, además de inestable mentalmente, considera huir de su monótona vida y buscar un nuevo norte para su familia...