CAPITULO VII: VIVAMOS JUNTOS

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Eran las diez de la mañana cuando Clark despertó, lo primero que noto es que no se encontraba en la fortaleza de la soledad, el jamás podría costearse una sabanas de seda tan finas, elegantes y caras como eran esa...lo segundo que noto es que se encontraba en la habitación de su amigo, más específicamente en su cama...joder de seguro y lo torturaba por haberse tomado semejante confianza de dormirse en...

Por un momento la línea de pensamiento del kriptoniano se corto, su mente había caído en la cuenta de un hecho muy importante.

El se había dormido....el se durmió, después de la muerte de Lois, no había logrado dormir bien, si había conseguido dormir más de 1 o 2 horas diarias fue un milagro, porque cada vez que intentaba entrar en el mundo de Morfeo lo invadían terribles pesadillas...ni siquiera el haberse reunido con el espíritu de su esposa había logrado conseguirle paz a su conciencia.

Se puso a recordar lo que había pasado en el día anterior, de cómo se había divertido y relajado lo suficiente como para haber dormido (miro el reloj) 10 horas (se sorprendió) no sabía qué era lo que tenía su amigo, pero cada vez que se reunía con él se sentía tan tranquilo y en paz...cosa contradictoria siendo que su amigo era el temible caballero de la noche. Bueno lo mejor sería ir a buscarlo para ver que castigo le tendría.

Salió de la habitación y comenzó a buscar en toda la mansión, al ser esta tan grande y no tener personal que le indique a dónde dirigirse, decidió utilizar su súper oído para poder localizar al propietario de aquella morada, pero la conversación que escucho lo dejo inmóvil en su lugar.

Alfred: lo noto preocupado amo Bruce

Bruce: (sabiendo que jamás ha podido ocultarle la verdad a su leal sirviente decidió contar la verdad) a noche me dormí profundamente.

Alfred: no veo cual es el problema, si orquesto toda la fiesta de recaudación y la supuesta amenaza solo para distraer al Sr. Kent y ayudarlo a descansar.

Clark que escuchaba desde algún lugar de la mansión se sorprendió ante ese dato, ahora que lo pensaba por divertirse tanto en la fiesta se olvido de la razón por la cual Bruce lo había llamado, realmente el murciélago debía de preocuparse mucho por él.

Bruce: ese es el problema, era Clark quien necesitaba dormir y descansar, no yo.

Alfred: porque simplemente no me dice la verdad (Bruce se sorprende) le preocupa sentirse tan a gusto y relajado con el señor Kent, que se permitió bajar la guardia...a tal punto, que incluso se quedo dormido.

Bruce: no es así...

Alfred: por favor señor, lo conozco lo suficiente como para saber que tiene miedo de permitirse ese momento de vulnerabilidad.

En ese momento la alarma de peligro de Clark suena, avisándole que hay alguien en peligro, por lo cual decide irse y no seguir escuchando aquella conversación tan personal.

Bruce: (suspira) es que no entiendes Alfred, yo pensé que con el tiempo acabaría perdonando a Clark y volvería a confiar en él...pero para eso tendrían que pasar un par de meses, incluso años...te imaginas lo sorprendido que me sentí al descubrir que en realidad ya lo he perdonado del todo...que otra vez confió en el por completo...yo baje por completo mi guardia, me dormí a su lado como si fuera la cosa más normal y natural por hacer...me deje completamente vulnerable en su presencia...y eso me asusta.

Alfred: (suspira) lo entiendo señor y es mejor que nadie porque pone barreras entre usted y los demás...pero le aseguro que el que alguien traspase esas barreras...o el que usted le permita a alguien traspasar esas barreras, no es algo negativo.

EL FINAL DE LA INJUSTICIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora