Cap. 3 INMORTAL

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Junior agachó la cabeza y suspiró pesadamente, vivían en el quinto piso y éste era lo suficientemente alto como para ver dos cabezas rubias dirigiéndose a la entrada del edificio. Vio como Mark reía y se removía contento, se veía feliz con ir tomado de la mano de Jackson. Pronto desde la cocina escuchó girar la cerradura y más risas. El mango de la sartén que sostenía su mano se adherio, al parecer los dedos de junior lo habían apretado demasiado fuerte.

Se sintió cobarde, cómo quien anhela subir a la montaña rusa pero se toma con fuerza de una baranda para no ascender. Mark le parecía tal vez tonto al siquiera considerar cambiar un par de alas por un chico que fue parte de una mafia. La sartén cayó al bote de basura y Junior salió hasta la sala.

—Es una chica hermosa. Imagino que debe tener una de las sonrisas más radiantes de Seúl —. Murmuró Mark y Jackson se acercó disimuladamente para examinar con total curiosidad aquel dibujo; al final asintió con la cabeza y abrazó al menor por la cintura aún sin percatarse de la presencia de Junior a sus espaldas.

— ¿Podrían dejar de revisar las cosas de otras personas? Tengo la sospecha de que es de mala educación —. Junior le quitó el cuaderno de dibujo a Mark y se alejó hasta su habitación.

—Iré a hablar con él Jackson, ya vuelvo —. Sus pasos anduvieron despacio y de la forma más disimulada posible pero Junior lo había escuchado y justo cuando se disponía a tocar el pomo de la puerta ésta se abrió dejando ver un humano con los ojos cristalizados —. Junior... Fuiste enviado para cuidarme pero no eres una roca. No se porque intentas aparentarlo si en el fondo vuestro corazón es cómo un algodón de azúcar.

—No entiendo la comparación —. Murmuró Junior en un soplido, en algún momento había olvidado respirar y de igual forma no lo necesitaba. <<¿Por qué parece que la necesito a ella?>>

—Además parece que querías hablar conmigo, de lo contrario habrías puesto el pestillo.

Mark había seguido a Junior hasta la ventana, estaba abierta y los rayos del sol entraban como ladrones a través del cristal. En la acera una chica de cabello lacio andaba en bicicleta, estaba sonriendo y su cabello volaba con el viento. Pudo escuchar el corazón de Junior acelerarse y al mismo tiempo romper en pedazos.

—Se que crees que estoy loco, se que que soy como un niño pequeño y te preocupo pero tal vez puedas entenderme. — El murmullo de Mark se escapó cuando recorrió la ventana y el viento que entraba alborotó su cabello. —Si en este momento eligiera seguir siendo un Ángel podría caer desde aquí y salir ileso, podría cortar alguna parte de mi cuerpo humano y la herida cerraría antes de derramar alguna gota de sangre pero ten por seguro que Jackson no formaría parte de mi vida y yo no podría vivir una eternidad si él, casi puedo verme sumido en la tristeza y albergando rencor.

— Se lo que crees, llámame cobarde si así lo prefieres.

—No sabría como llamarlo, pero tampoco soy tonto Junior, has dibujado demasiadas veces a esa chica y estoy seguro de que elegirías la inmortalidad aunque te haga mierda que en algún momento tengas que verla morir... O vivir en brazos de alguien más —. Junior miró de reojo a Mark, no porque no dijera de verdad, sino porque la palabra mierda en sus labios había sonado extraño.

—No intentes hablar como Jackson —. Advirtió Junior con total seriedad.

Mark suspiró y abrió sus alas, las agitó provocando que la cortina se meciera ligeramente  —. Me siento libre junior y creo que tu también lo haces pero sin duda es mejor sentirte amado —. Mark suspiró. antes de se aventarse por la ventana.

El corazón de Jackson que se encontraba parado en la puerta de pronto parecía explotar, su estomago se revolvió y de forma inconsciente corrió a la ventana aunque su mente ya tenia una imagen previa para cuando llegara; el cuerpo de Mark estaría sobre la acera con algunas heridas y generosas manchas de sangre pero en su lugar lo vio volar despacio y de su espalda salían un par de alas blancas que lo elevaban en el aire antes de que sus miradas se encontraran. Junior suspiró al ver a Jackson caer al suelo.

—Al final no es tan rudo como aparenta—. sentado al borde de la cama se recostó de lado sosteniendo su cabeza con la mano izquierda, Mark había entrado de prisa y comenzó a repartir ligeros golpecitos en sus mejillas para hacerlo despertar —.Parece que Mark ya piensa como humano —. En silencio fue al baño por un poco de alcohol y un pedazo de algodón, para entonces Mark estaba llorando en silencio y tenia los mocos escurridos. Jackson estaba entre sus brazos, totalmente inconsciente pero sus ojos comenzaron a derramar un par de lágrimas, las cuales limpió Mark entre sollozos.

—Sabes que renunciar a las alas implica morir. ¿Verdad Mark? —. Junior arrojo la botella de alcohol a la cama y acerco a la nariz de Jackson el algodón bañado en alcohol.

—S-Si... Pero no moriré mañana.

—Tal vez mañana no pero tarde o temprano Jackson llorará tu muerte, o llorarás la de él, lo que suceda primero—. Junior se puso de rodillas a su lado y posó una mano en su hombro. Suspiró. Pero ¿Como podía ponerse en su lugar si a su lado solo era un cobarde? — De acuerdo a tu falta las alas se llevan una parte de tu vida como humano, tus pecados te arrebataran horas, días o años.

— No tengo elección Junior.

-¡¡Lo que más me pudre es que si puedes elegir!! —Junior había perdido la paciencia, su gritos eran demasiado fuertes y el cielo sabia que hacer para que nadie lo escuchara. Las gotas comenzaban a chocar con los cristales y pronto el granizo se llevaba la visibilidad consigo —. Piensalo un poco, si renuncias a Jackson podrás borrar su memoria y no sufriría, tú podrás seguir siendo inmortal y harás tu deber.

—Si en realidad me conoces... —Mark había levantado el cuerpo de Jackson y se puso de pie —. Seguro conoces también mi respuesta. Puedo ser odiado por no seguir reglas y dictados del arcángel o amado porque renuncie a mis alas a cambio de un lugar en la vida de alguien y en pasaje a su corazón. Y una cosa más, esa chica se ha fijado en ti así que el que tiene que elegir eres tú. ¿Tus alas o una vida con ella?

El tono de su voz no era apto para hablarle a Junior pero era tarde, Mark se dirigió a su habitación con Jackson en los brazos. Encerrado ahí escuchó el portal abrirse pero también un quejido frente a él, los ojos de Jackson se apretaron y dejaron ir una lágrima más.

—Jackson...perdóname, estoy vivo Jackson, no te dejaré. No aún.

—Mark por dios, ¿estás bien? —Las palabras de Jackson fueron tan repentinas que cuando estuvo de pie Mark se echó hacía atrás asustado mientras las manos del mayor inspeccionaban su rostro para confirmar que no era un fantasma. —No me vuelvas a hacer eso por favor, creí que... ¿A caso estas loco? ¿Quién demonios se avienta por una ventana? Debo ser yo el que se esta volviéndo loco y fue una alucinación.

—No puedo morir Jackson, soy un ángel. Soy inmortal —. Mark lo miró atentamente y a través de sus ojos pudo ver que Jackson le creía y al mismo tiempo que le parecía alguna broma de mal gusto en el momento menos apropiado, lo vio suspirar dándose por vencido ante sus palabras y abrazarlo como si su delgado cuerpo se fuera a convertir en polvo entre sus brazos, sintió que lo besaba como si sus labios fueran prohibidos o tan irresistibles que no importaba si estuvieran mojados de algún veneno mortal sobre todo lo tocó como si en algún momento pudiera esfumarse de sus recuerdos. Y Mark tan sólo se dejó llevar por el calor de su vientre. Era hora de probar el postre.

ÁNGEL SIN DESTINO  ּ ᵐᵃʳᵏˢᵒⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora