CAPITULO 2

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Félix y Sean cruzaron miradas fulminantes mientras caminaban por un pasillo de la escuela. No podían comenzar una pelea ahí. Sean ya había pasado por demasiadas escuelas debido a su comportamiento, y Félix era un pobre diablo, no podía darse el lujo de la expulsión.

En clases, ambos grupos entablaban conversaciones; entre el bullicio de los demás era fácil hacer planes acerca de cómo, cuándo y dónde se encontrarían para no levantar sospecha acerca de las rivalidades y las peleas ilegales en las que estaban metidos. Si bien no era un colegio estricto, pero eran necesarias cumplir algunas normas si no querían ser expulsados o algo así. Mark había estado en el reformatorio durante 6 meses por agredir al director de su escuela anterior. El les contaba que era como una cárcel pero con jóvenes. Allí defiendes lo que es tuyo o eres la puta del pueblo. Simple.

Pero obvio, Mark era uno de los más fuertes del grupo de Sean. Por así decirlo era el "entrenador" de ellos.

Se acercaba la hora de salir, Sean y Félix se preparaban para ésta pelea. Ambos sentían que si dejaban medio muerto al otro, quedarían bien parados frente a sus "amigos".

Otro callejón medio oscuro los esperaba. Los líderes se pararon, frente a frente, preparando sus guardias.

-¿Listo para morder el suelo? -digo Félix, escupiendo al piso.

-Quiero gane el mejor -sentencio Sean, decidido.

Sean fue el primero en golpear, pero falló porque Félix reaccionó y lo esquivo; aprovechando la posición, pegó una piña de frente que dio justo en la boca del irlandés, quien retrocedió, escupiendo sangre. Los gritos e insultos cada vez se hacían más sonoros. Tanto, que no escuchaban las sirenas a lo lejos. Sean se abalanzó sobre Félix, y de una patada en la rodilla le hizo caer: se repetía la historia, pero Félix fue más rápido y en cuanto Sean quiso pegarle otra patada en la cara, tomó su pie y lo giró, haciendo que Sean quedase en el suelo. El sueco en ventaja, se tiró con toda su fuerza apoyada en el codo y cayendo sobre la espalda de su oponente, quien, desesperado, buscaba algo de oxígeno. Félix se aprovecho de la situación, pero pronto una pantalla de humo les cubrió la vista. Entre medio se podían ver las luces y sirenas. La adrenalina que sentía le había obstruido todos los sentidos y no se había percatado de la situación hasta ese momento. Los integrantes de ambos bandos habían salido por el otro lado del callejón, o metiéndose en los patios de las casas cercanas. Ahora eran solo Félix y Sean quienes se encontraban en medio de granadas de humo y oficiales.

The Drug in Me is You - Jelix [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora