Maybe

Capítulo 2

Mis manos están sujetas con fuerza alrededor de Justin, va tan rápido que estoy acurrucada tras de el por miedo a caer. Sacudo la cara varias veces cuando mi cabello esta enredado en mi rostro. 

La motocicleta para y suelto mi agarre de Justin cuando el baja, da unos pasos hacia adelante y observo el lugar en el que ahora me encuentro. La cuadra está llena de edificios, los cuales parecen ser apartamentos, cada piso tiene un balcón. Hay también niños jugando fuera del edificio, mientras mujeres los observan jugar mientras fuman un cigarro y sonrió automáticamente al recordar cuando mamá me cuidaba en el patio de nuestra casa. Justin chasquea los dientes y salgo de mis pensamientos rápidamente, me dedica una mirada profunda y me hace una seña para que lo siga. Bajo de la motocicleta con cuidado y voy tras de él, entramos a uno de los edificios, mientras subimos las escaleras, están rechinan, hago una mueca al ver el mal estado de este lugar. Justin se para frente a una puerta y se da la vuelta hacia mí. Le doy una sonrisa nerviosa.

—Deja de inspeccionar el lugar, señorita perfecta —me dice con molestia. Mis mejillas se ponen rojas por la vergüenza.

—Lo siento… —musito. El da una mirada a todo mi cuerpo y me pongo aún más roja—. ¿Aquí vives?

—Si —contesta borde y me dedica una sonrisa sínica—. ¿Por qué? ¿Te gusta? —su voz sarcástica baja un poco mi autoestima.

—Solo preguntaba, nunca me habías traído aquí —contesto insegura, miro hacia el suelo.

—¿Quieres irte? —niego rápidamente con mi cabeza—. Bien, entonces evita hacer preguntas estúpidas.

Me quedo en silencio, escucho como saca unas llaves y después como se abre la puerta, levanto mi mirada hacia él. Justin entra a su apartamento, sin decirme si debo pasar o no, insegura camino a paso lento y entro, cierro la puerta tras de mí y me quedo recargada en ella. No me gusta que sea de pocas palabras conmigo.

—¿Justin? —susurro y lo observo ir hacia un cuarto, el cual tiene dos puertas en ambos lados como las cantinas. Él no me contesta y después vuelve con una cerveza en su mano, me mira y vuelve a repasar mi cuerpo con una dura mirada.

—¿Qué? —escupe y camina hacia el único sofá que se encuentra en medio de la sala de estar, se deja caer en él y da un trago.

—Umm… nada —digo insegura, el hace una mueca y palmea sus piernas. Confusa, camino hacia él y me siento donde ha palmeado, coloco mis piernas a cada acostado, él se muerde el labio y me da un beso corto—. ¿Vives solo? 

—Si —vuelve a darme otro beso, pero esta vez muerde mi labio. Cuando lo suelta, habla—. Tengo desde los quince años viviendo solo.

—Wow —me sorprendo y asiento. No me puedo imaginar a Justin a esa edad solo—. ¿Tenías cómo mantenerte, no?

—Si —da un trago más y continúa—. Desde los doce años trabajo en un taller arreglando automóviles con mi padre.

—Oh —asiento con alegría al saber que comienza a contarme cosas de el—. ¿Él te enseño?

—Si —murmura. Aclara la garganta y sus labios se curvan—. Me extraña que Paul no te llame.

Mis mejillas se ponen rojas y calientes. Parpadeo y me imagino que me hará papá cuando llegue a casa, Dios. Me va castigar aún más de lo que ya estoy.

—No puede llamarme, me quito mi celular después de que me encontró… —me quedo callada, no segura si continuar diciéndole lo que paso aquel día que me dejo irme sola.

—¿Te encontró…? —hace una mueca. Coloca su mano libre en mi cadera y me acerca a un más a él, haciendo que nuestros pechos choquen—. ¿Cómo que te encontró? —pregunta más duro.