Capítulo 4

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Frunzo el ceño hacia papá y hago una mueca también. El gira sus ojos disgustado y me mira profundamente, esperando que cambie de opinión, pero no lo haré.

—No me mires así, no voy a cambiar de opinión —papá suelta un suspiro y mira hacia otro lado. Supongo que está tratando de controlar su temperamento.

—Eres una molestia, Chloe —levanto los hombros, dándole cero importancia a lo que el acaba de decir.

—Ya dije. Si no voy con Justin, no iré con nadie más —él niega con la cabeza y vuelve a mirarme. Se inclina sobre su escritorio y cruza sus manos, haciendo que su rostro quede recargado en estas.

—Estoy seguro que Justin no va aceptar ir a esa cena —me guiña el ojo. Y sé que en parte tiene razón, no hay mucha probabilidad de que Justin acepte ir conmigo, pero aun así, voy a intentar convencerlo.

—Ya veremos —me levanto de la silla giratoria y me doy la vuelta, lista para salir de la oficina de papá. Una vez que estoy cerca de abrir la puerta para irme, lo escucho.

—No te hagas ilusiones —murmura, su voz es seria y dura—. No te enamores sin tener razones, Chloe.

Suelto un bufido y salgo de una vez de la oficina. Voy hacia mi habitación, y dejó caer las plantas de mis pies fuertemente en cada escalón que subo. Entro y cierro la puerta de un portazo, me dejo caer en mi cama. Como de costumbre, discutir con papá me hacía terminar sobre mi cama totalmente molesta. ¿Qué tenía de malo? Yo quería ir con Justin. Y de alguna u otra manera tenía que lograr que el viniera conmigo al evento de papá.  Mientras me quedo pensando cómo convencerlo, termino cayendo dormida, dejando que mi cuerpo descanse de toda la tensión que me rodea.

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—Chloe, mueve tu enorme trasero —escucho a lo lejos. Suelto un quejido y aprieto mi rostro contra la suave almohada—. ¡Chloe! Tom esta abajo esperándote.

Suelto un grito de exasperación y me coloco boca arriba en la cama, abro los ojos y observo a papá. Su mirada es divertida y es obvio que está disfrutando el haberme despertado. Le saco la lengua de mala gana y cierro los ojos

—No me obligues a llevarte de los pelos hacia Tom —levanta una ceja y se aproxima a mí.

—¡No comiences a fastidiar, Paul! —le grito, al mismo tiempo que lanzo una almohada hacía el. Eso parece divertirlo aún más y de un tirón, ya estoy en su hombro. Lo pataleo, mientras trato de zafarme de su agarre y bajar. Odiaba que me agarrara como una muñeca trapo y me llevara a donde quiera que fuera—. Eres un gran fastidio.

Papá baja las escaleras, como si no llevara nada encima de él. Le doy un puñetazo en su espalda del coraje y el ríe. Realmente esto no es gracioso, para nada.

—Listo —papá me baja de sus hombros y me coloca en el suelo. Tom me mira con una sonrisa algo divertida por la situación y se levanta del sofá. Mira a papá y después deja su vista en mí.

—Hola, Chloe —besa mi mejilla y me sonríe tiernamente—. Umm… —Tom mira a papá. Hago una mueca viéndolos a los dos.

—Tom te llevara a comprar el vestido para el evento —hago una mueca, confundida—. Él te va cuidar, mientras tú lo compras.

—Pero… puedo ir sola. No necesito una niñera —cruzo mis brazos sobre mi pecho—. Sin ofender, Tom.

Él me sonríe algo inseguro, aun sin decir algo al respecto.

—Ya no confió lo suficiente en ti para dejarte ir sola —musita papá. Le lanza las llaves de su automóvil a Tom. El las atrapa sin problema alguno—. Cuídala.

Nos guiña un ojo y se va hacia su oficina. Giro los ojos de mala gana y fulmino a Tom cuando lo veo. El hace una mueca y nos encaminamos a la cochera. Una vez dentro, me abre la puerta del SUV de papá. Sin decir nada más, entro y el resto del camino me la paso mirando por la ventana. Siento la incomodidad… la última vez que había estado con Tom fue cuando deje que me diera un beso. Aprieto mis labios y pienso en cómo fue. Sus labios eran demasiado suaves, y su beso no fue para nada molesto, fue agradable, pero aun así… no era lo mismo que cuando Justin me besaba. Con tan solo un rose de sus labios contra  los míos me sentía en las nubes y eso me gustaba. Mucho.

—Hemos llegado —anuncia Tom. Asiento y me bajo del SUV. El me mira algo confuso, pero no dice nada.

Tom se acerca a mí y comenzamos a caminar. Cuando entramos a la gran plaza sonrió. Hace mucho que no venía aquí. Este lugar siempre me recordaba a mamá, cada vez que papá la traía, ella duraba horas en salir y cuando lo hacía, llevaba muchísimas bolsas de ropa a casa. Papá solía decirle algo como: ‘‘Un día de estos me vas a dejar en la quiebra, mujer.’’

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Después de cuatro horas de estar buscando un vestido y tacones, estamos de vuelta en casa. Tom me mira divertido, recordando como dure en decidirme que vestido usar. Le tuerzo los ojos juguetona.

—¡Dios, pensé que jamás llegarías! —exclama papá sentando a un lado de mi en el gran sofá de piel.

—Yo pensé que tendría que amputarme los brazos después de cargar con miles de vestidos y zapatos —comenta Tom, apoyando a papá.

—Cierren sus bocas o tomare represalias en su contra para llevarlas a cabo esta noche —los miro peligrosamente, aun así, mi vista se sitúa en papá, su mirada esta brillosa y eso me confunde. El color de sus ojos está más claro, sin líneas rojas en ellos. Cosa extraña en él, pero lo dejo pasar.

—Oh, pero que miedo —dice papá. Tom ríe sonoramente y lo miro divertida. Me quito del lado de papá y me pongo enseguida de Tom.

—Paul, yo de verdad tendría miedo de Chloe, a veces si da miedo —lo miro ofendida y le doy la espalda, cruzando mis brazos sobre mi pecho. Escucho su risa calmada y después sus brazos están rodeándome desde atrás, acercándome a él. Besa mi mejilla y siento mis mejillas calientes, al saber que ha hecho frente a papá.

Él nos observa con la ceja levantada, pero no está celoso, ni molesto. Cosa que me sorprende, porque él siempre ha sido sobreprotector.

—Fea —pronuncia Tom en mi oído. Me estremezco un poco y lo miro por el rabillo del ojo. Esta sonriendo demasiado y eso me gusta. Siempre me ha gustado su sonrisa… también como se achicaban sus ojos cuando lo hacía o como su cabello caía a veces por su frente.

—Creo que voy a vomitar —musita papá y me guiña el ojo. Siento el sonrojo en mis mejillas y lo veo irse sin decir nada más.

El abrazo de Tom se hace más fuerte sobre mí. Intento zafarme aunque sea un poco, pero no lo logro. Sin saber cómo, termino entre sus piernas, recostada sobre su pecho. Y aunque me cueste negarlo es demasiado cómodo.

—Umm… el día que… te iba a llevar a casa te fuiste —suelta un suspiro—. Eso dolió un poco. ¿Qué paso? Me hubieras avisado, no te volví a ver en clases… si querías irte antes yo te hubiera llevado… no hubiera tenido algún problema.

La culpabilidad se penetra en mí y no digo nada. No podía decirle que me fui con Justin porque Loreley me golpeo.

—Siento no avisarte, la próxima vez lo hare —es lo único que le puedo decir. Lo siento asentir tras de mí.

—Está bien —siento su sonrisa en mi cabello y me remuevo un poco. El me acomoda mejor en su pecho, logrando que mi cabeza quede situada en su cuello.

Tom se extiende moviendo su rostro, me besa ligeramente y se separa de mí. Se acuesta por completo en el sofá y se queda ahí por minutos. No dice nada y yo tampoco. Sin algo más que hacer o decir, me acurruco en su pecho. Imaginando que algún día Justin sería el que me tratara así.

Pero sé que eso está muy lejos de sus propósitos. Él no era como Tom… pero así me gustaba. Mucho.

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Tengo dos capítulos mas escritos. Si comenta mas de una, subo el siguiente. Saludos. :-)

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