Intromisión

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En algún momento de mi vida me entró cierta curiosidad por saber qué era lo que hacía Inglaterra en su tiempo libre, cuando estaba solo. Siempre actuaba tan extraño y a la vez tan normal, que me entraban ganas de preguntarle un millón de cosas sobre él. Pero obviamente no podía. Preguntarle a un país, sobre todo a él, sin más, sobre su pasado... No era la mejor idea de todas que digamos. Todos hemos tenido algún momento duro y difícil en el pasado, eso lo sé muy bien, pero aún así necesitaba saciar mi sed de curiosidad.

Puede que ahora se pase todo el día encerrado en casa leyendo o tomando té, pero yo sé que no siempre fue así. El Gran Imperio Británico nunca fue tan tranquilo como lo es ahora, e iba a confirmarlo como fuera. Debía hacerlo sin que él se enterase, o si no nunca me dejaría saber algo. Ya insistí algunas veces pero deserté la idea de preguntarle directamente porque a la tercera vez que le pregunté ya empezaba a mirarme con furia. No quería enfadarlo más de lo normal.

Así, de algún modo, logré escaparme un día de mis tareas en la casa blanca y me fui a la de Inglaterra. Sería una visita sorpresa y ni se enteraría de que alguna vez estuve allí. Después de todo mi misión era encontrar algo en su casa que me diera pistas sobre su pasado. No recuerdo mucho de cuando era pequeño así que necesitaba más información, más cosas que me hablaran sobre él. Ya que Inglaterra es así. Reservado, solitario, inexpresivo, siempre guardándose sus sentimientos y pensamientos. Por lo que tenía que apañármelas yo solo. Ya sabía que me estaba metiendo donde no debía, pero tampoco era para tanto ¿no? Yo le contaría a Inglaterra todo lo que quisiera escuchar, aunque ya sé que mi vida ha sido muy corta comparada con la suya.

Y esa era otra de las razones por la que quería saber más. Su larga vida debe de haber pasado por épocas y momentos maravillosos y a la vez peligrosos. Me fascinaba el imaginarme a Inglaterra en uno de esos barcos piratas que tanto veía en las películas. Lo único que pude ver en persona de ello fue su traje en una de sus visitas a mi casa cuando era pequeño. Le quedaba genial, se le veía tan grande, poderoso... Quiero saber cómo vivió esos momentos, aunque fuese viendo simplemente sus armas o trajes, porque no lo habrá tirado ¿verdad? Eso es algo de lo que no se puede deshacer tan fácilmente, los recuerdos no deberían ser olvidados. Después de todo esa época fue espléndida ¿no? Tampoco es que sepa mucho pero por lo que he leído, tanto España como él, fueron grandes piratas -más Inglaterra-.

También tenía ganas de saber cómo era él de pequeño. Inglaterra nunca me ha enseñado fotos suyas, retratos, de cuando aún era un pequeño país, por no decir que nunca ha mencionado esos años. Bueno, directamente no hablaba de nada que no fuese el presente. Si sacaba el tema era porque o bien Francia le obligó a ello o estaba borracho. Tal vez esa podría haber sido otra opción... Pero hubiese cantado mucho, Inglaterra es listo y sabría que tramaba algo si lo invitaba a beber, ya que de todos modos yo no bebo, no tendría sentido hacer eso.

A todo esto, logré entrar en su casa sin llamar la atención por su puerta trasera. Por suerte Inglaterra tenía una casa grande y había dónde esconderse en caso de que apareciera. Pero investigué algunas de las habitaciones de la casa con cuidado y al parecer Inglaterra no estaba. Eso me facilitaba las cosas. Me preparé para empezar la búsqueda y decidí empezar por la primera planta. No creo que hubiera nada importante en la planta baja. Allí solo estaba el salón, la cocina, un baño y una especie de trastero junto a las escaleras donde tenía guardada la escoba, fregona y cajas con paños y esponjas. Nada fuera de lo normal.

Subí las escaleras decidido y entré en la primera habitación con la que me topé. Al parecer era su despacho, ya que dentro de la sala solo había un escritorio lleno de papeles bien organizados, eso sí. Igual que mi mesa de trabajo vamos... Entré a echar un vistazo por si acaso pero había poco que mirar. Allí no parecía haber nada importante o de valor. Ahora que lo pensaba, era como un ladrón. Pero un ladrón de recuerdos. No no, ni eso. Yo solo tomaría prestadas sus cosas por unos minutos para echarles un vistazo y listo, de vuelta a casa.

Between Memories, Between SufferingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora