Capítulo 9

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Catherine's POV:

El comportamiento de Foxy se me hacía extraño, normalmente él no me trataba así. Algo estaba mal, y tenía que averiguar qué era. Rachel y yo sólo teníamos 3 gemas, la roja que Foxy me dio, una verde que se encontraba debajo de un gorro de fiesta y una azul, que estaba en una maceta.
- ¡ENCONTRÉ 3!.- Gritó un niño y Rachel y yo lo miramos fijamente. Estaban detrás de cada uno de los animatrónicos principales.
- Pero faltan más.- Le dijo una niña.
- Nosotras las tenemos.- Dijo Rachel y levantó mi brazo con las piedritas. Los niños se acercaron y regresamos a la Pirate Cove.
- Hay que llamar a Foxy.- Dijo un niño por detrás.
- ¡FOXY!.- Exclamaron todos menos yo. Entonces salió él, tenía su "sonrisa" de nuevo. Lo miré preocupada.
- ¡Arggg, pequeños piratas! ¿Ya han encontrado todos los diamantes?.- Preguntó mirándonos a cada uno de nosotros. Yo bajé mi mirada cuando me observó.
- ¡Sí!.- Respondieron todos.
- ¡Bien hecho!.- Rió.- Ahora, ¿qué tal si me las entregan, y yo les doy su tesoro a cambio?.- Dijo y todos los niños nos miraron a Rachel, al otro chico que tenía las gemas, y a mí. El niño le dio las suyas a Foxy y yo me quedé quieta, mirándolo sin saber qué hacer. Él se agachó casi a mi altura.- Vamos, pequeña pirata.- Me dijo con una mezcla de ternura y tristeza. Extendí mi mano y él tomó las gemas. Entonces todos los niños se emocionaron y gritaron.- Ahora, niños, reciban su tesoro, que es la prueba de que desde hoy forman parte de mi tripulación.- Dijo y nos mostró su cofre, en el cual habían collares, pulseras y dulces.- Cada quien tome lo que deseé, ¡pero claro! No dejen al viejo Foxy sin nada.- Rió y todos los niños comenzaron a agarrar de todo.
- ¡Vamos, Cat! ¡Se lo van a acabar!.- Me dijo Rachel jalándome de la mano.
- En un momento, Rach...- Le respondí. Todos los niños ya habían tomado lo que querían, incluyendo a Rachel. Me dijo que iba a darle a guardar las cosas a su mamá, y que si no regresaba era porque ya tenía que comer, así que sólo quedábamos Foxy y yo.
- Hola de nuevo, Catie.- Me dijo y extendió su cofre ofreciéndome algo, yo negué y él asintió, colocándolo en su lugar.
- Foxy, ¿qué pasa?.- Le pregunté triste.
- ¿Qué pasa de qué, pequeña?.- Me preguntó con una ceja levantada.
- ¿Por qué estás tan triste? ¿Te sientes mal?.- Le cuestioné tocando su frente, sintiéndome tonta por saber que los robots no podían tener temperatura.
- Oh, Cat, tranquila, estoy bien... Sólo...- Comenzó. Dejó de hablar y suspiró.- Nada, nada, olvídalo.- Dijo y revolvió mi cabello, yo solté una pequeña risa.
- Vamos, Foxy. Dime.- Insistí y él suspiró de nuevo.
- Bien, entra.- Me dijo y me metí en la Pirate Cove. Cerró a cortina y se sentó. Yo imité su acción.
- Ahora, ¿qué sucede?.- Le volví a preguntar. Él giró su mirada y yo lo vi triste.
- Catie, prométeme que nunca me olvidarás.- Se volteó a verme. En sus ojos logré ver tristeza, frustración. Sí, era un simple robot, pero eso no impedía que, a través de su mirada, expresara sus sentimientos.
- Lo prometo, Foxy. Nunca te olvidaré.- Le dije. Él hizo el gesto de una sonrisa, y yo le devolví una. Entonces nos abrazamos.
- Catherine.- Me llamó y nos separamos.- Dime cuánto te importo.- Dijo y le acaricié una oreja.
- Me importas mucho, Foxy. Podría decirse que te has convertido en lo más importante de mi vida. No sabes cuánto te quiero, no, ¡te amo!.- Le dije y me puse totalmente roja. Él levantó sus orejas y su cola se movió de un lado a otro demostrando su felicidad.
- ¿De verdad?.- Preguntó ilusionado. Yo asentí.
- Sí, Foxy, de verdad.- Le respondí y solté una risa. Aún estaba muy roja. Él me volvió a abrazar.
- ¡Oh, Catie! Yo también te amo.- Me dijo en el oído. El sonrojo de mis mejillas se hizo más potente. Nos separamos y nos miramos a los ojos, luego giramos nuestras caras sonrojados... O bueno, parecía que Foxy también lo estaba.
- Uh... Bien, creo, creo que tengo qu irme... Ya sabes, mamá enloquece si no me encuentra.- Dije nerviosa. ¿Por qué estaba nerviosa?
- Ehm... Claro, nos vemos después Catie.- Me dijo y movió su colita nervioso.
- Sí, hasta pronto.- Le dije dispuesta a irme. Me levanté y sacudí mi falda, iba a abrir la cortina, pero una mano metálica me detuvo.
- Catie.- Giré mi mirada.- Te amo.- Me dijo, yo me sonrojé y le regalé una sonrisa. Él me soltó. Hizo su gesto de sonrisa, y salí. Regresé a la mesa con mi madre. Suspiré.
- ¿Qué tienes, cariño? Estás muy roja.- Me preguntó mamá preocupada tocando mi frente.
- Nada, estoy bien... Sólo, hace calor.- Sonreí. Ella asintió.
- Bien, aquí está tu comida. Hace poco que la trajeron, come antes de que se enfríe, Catie.- Me dijo y asentí. Comencé a comer. No podía dejar de pensar en lo que pasó hace un rato. No sabía que un animatrónico podía sentir eso. Todo era tan confuso, pero me gustaba. Creo que estoy comenzando a saber lo que es el amor.

Tu pequeña pirata (Foxy the Pirate y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora