capitulo 17: Lisbeth Laufeyson [Epilogo]

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Sentía que todo daba vueltas. "Las Tazas", "El Barco", "El Tornado" y "El Revolution" juntos se quedaban cortos con todo lo que sentía, con todo lo que pasaba a nuestro alrededor, además de los gritos que se aproximaban más hacia nosotros.

— ¡Loki! — gemí cuando pensé que me iba a desmayar. Las ganas de vomitar habían vuelto y peor que nunca.

Mi exclamación, a los pocos segundos, tuvo el efecto deseado: Todo volvió a la calma, pero por solo un instante.

Logré ver el caos a mí alrededor en cámara lenta, literalmente. Claro, con el tono azul del cetro de mi marido. Seguía aferrada al brazo de Loki, eso era lo que me mantenía cuerda. Vi como una mujer levitaba a causa de una explosión de un auto frente a ella. Entonces todo se movió a la velocidad normal y ella se estampó contra otro auto en movimiento.

Mi chillido llamó finalmente la atención de mi esposo y éste me cubrió con su esbelto cuerpo, que ya lo conocía bien.

— ¿Qué está pasando? Es... Es... Como si lo de Nueva York se estuviese repitiendo solo que en Londres. ¿Qué?

—Lisbeth, cálmate. Si no lo haces te llevaré de regreso a la cabaña o a un lugar más lejos de aquí para que estés a salvo. Estando así, tan nerviosa, te morirás. No de un infarto, sino que no tendrás la concentración necesaria para esquivar algún ataque.

Loki extendió el brazo con el que sujetaba el cetro y desintegró un pedazo de roca que iba a caer sobre nosotros.

— ¿Me expliqué?

Asentí con lágrimas en los ojos. Loki decidió llevarme en brazos hasta una acumulación industrial de autos machacados.

—No creo que puedas resistir esto. Te sacaré de aquí.

— ¡No! —gemí —. Si me dejas en otro lugar moriré de angustia. Por favor, si podré. Confía en mí.

Loki examinó mis ojos, que jamás mentían. Asintió una vez. Ya no veía ningún tipo de dulzura en su expresión. No había tiempo para ello.

— ¿No tienes miedo? —le pregunté cuando nos levantamos de nuevo.

Me miró con ojos turbados y sonrió con labios temblorosos.

—Siempre.

Endureció la mirada y tomó mi mano con fuerza. Sujeté mi cetro con firmeza y avanzamos entre las explosiones que no se detenían.

Como por instinto o corazonada, estiré el brazo a la izquierda y el cetro desintegró una flecha que iba a atravesar mi cabeza. Loki se detuvo abruptamente y con un movimiento frenético, se colocó frente a mí. Miré por debajo del brazo de mi esposo a un Clint Barton muy enojado por haber fallado.

—De a dos son más insoportables —exclamó Barton alistando otra flecha. Loki gruñó y su traje cambió al su cetro convertirse en lanza. Yo hice lo mismo con solo pensarlo.

Natasha Romanoff, custodiada por Tony, apareció frente a mí amenazadoramente. Solté un gemido entre dientes. ¿Cómo hacía Loki para no expresar su miedo? Siempre tan serio y amenazante, yo solo parecía una indefensa conejita con un traje algo ridículo que estaba a punto de hacerse pipí.

—Al parecer ya se conocen muy bien —dijo Romanoff mirando mi mano izquierda. Dirigí mi mirada allí por instinto y mi anillo tatuado titilaba un poco.

—Señora Laufeyson. No te queda tan mal —dijo Tony aún con el casco puesto. No quería verme "cara a cara", eso era obvio.

—No venimos a empeorar las cosas, queremos ayudar —anuncié. Loki me miró de reojo algo incómodo.

El Misterioso Sr. LaufeysonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora