Lisbeth despertó muy tarde aquel día. Como no se había acostumbrado al cambio de horario, se despertó a las dos de la tarde. Se vistió formal para la ocasión, pidió un taxi y la llevó a la dirección de Schäfer Sicherheitsdienst.
—Buenas tardes. Por favor, necesito ver urgentemente al Dr. Heinrich Schäfer. ¿Puedo ir a su oficina para hablar con él?
— ¿Tiene previa cita?
—Ehm… No. Llegué anoche a Stuttgart. Vengo de New York.
—Así venga del Polo Norte o Sur, debe pedir una cita.
Lisbeth respiró hondo y sonrió, de mala gana, pero lo hizo.
—Señora, usted no entiende… Es un asunto familiar.
—El señor Schäfer no tiene parientes…
—Eso creerá él hasta hoy —la mujer de grandes lentes y patético acento miró irónicamente a Lisbeth —. Soy su sobrina.
— ¿Sobrina? Asha murió con Aranna y Derek Schäfer en New York hace años.
— ¡No estoy muerta! ¿Qué no me ve? Espere… ¿Asha?
—Sí, Asha. Ese era su nombre.
—Por favor —Lisbeth empezaba a impacientarse —. Necesito hablar con Heinrich.
Los ojos de aquella mujer se tornaron más azules de lo normal y sonrió.
—No te puedo llevar con él ahora porque no está aquí. Pero si quieres hablar con él hoy, el señor Schäfer estará presentando unos objetos antiguos esta noche. Te daré la dirección.
—Ahm… ¿Gracias? —dijo Lisbeth al ver que la mujer, con una expresión extraña, comenzó a escribir.
Lisbeth se encogió de hombros al tomar la nota, agradeció, salió del edificio y pidió otro taxi para regresar a su habitación en el hotel.
Me gusta más Asha que Aranna.
— ¡Loki! —exclamó Lisbeth con una gran sonrisa y con los ojos iluminados.
El taxista miró por el retrovisor frunciendo el ceño.
¿Tú… me extrañaste?
—Sí lo hice. Debo admitirlo —dijo en voz baja.
¿Por qué?
—No lo sé. Solo lo hice.
No… no estás en New York.
—Lo sé, estoy en Alemania. ¿Recuerdas? Mi tío vive aquí.
Loki hizo silencio por un par de segundos.
No deberías de estar en Alemania. Dijo con voz temblorosa.
¿Loki? ¿Hablando de esa forma?
— ¿Por qué?
Es peligroso.
—Alemania es un país grande. Si no me ha pasado nada en NY, no debe pasarme nada aquí. Según mi suerte.
El problema es que la suerte suele ser más mala que buena.
—He tenido la buena suerte de no tener mala suerte.
¡Lisbeth debes irte de Alemania! ¡Ahora!
— ¡No lo haré! Estoy cerca de averiguarlo todo sobre mi familia. Todo sobre mí…
Argh… ¿En qué ciudad estás?
—Stuttgart.
¡¿STUTTGART?!
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El Misterioso Sr. Laufeyson
FanficAmbos tienen algo en común: son los segundos en todo, tal vez algo más... Uno es el príncipe perdido de Jotunheim, la otra... no es muy relevante, pero sí para ese misterioso e influyente inmortal... by: mary hiddlesbatch
