|15. E l s a.|

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Soundtrack 15: Sia - Helium


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Estoy triste.
Jack me ha hablado sobre el problema en el que mis padres me metieron y no estoy de los mejores ánimos, pero como quiero terminar con esto de una buena vez y demostrarles a mamá y papá que no estoy enferma, desde hace un mes que estoy en las sesiones con el psicólogo Naveen, quien al parecer es un viejo amigo de Jackson.

Con el tema del matrimonio, quedamos en que una vez terminada todas las sesiones con el psicólogo, nos volveríamos a casar. Pero bien, recuerdo que dijo, no como la última vez.

Akari, el cachorro que me dejó conservar el que era mi esposo antes de regalar los otros a niños huérfanos, y el que ha crecido un poco, sube hasta la cama para intentar consolarme. Es como si supiera como me siento en estos momentos. Lo tomo en brazos para acomodarlo sobre mi abdomen y empezar a hacerle cariño, entonces levanta la cabeza alzando sus orejas antes de colocarse junto a mi. No como lo había dejado.

—¿A ti qué te pasa, bonito? —pregunto con suavidad, Akari aulla como respuesta, moviendo su cola sin parar.

Me pregunto qué intenta decir.

Tomo el libro que dejé a un lado de mi, sobre las mantas de la cama, para seguir leyendo intentando distraerme de toda esta situación. Akari se acurruca junto a mi mientras le sigo haciendo cariño, entonces escucho como Jack ingresa a la habitación y sólo su resoplido me saca una pequeñísima sonrisa.

—¿Por qué está aquí? —señala al perro, a él no le gusta que los animales estén sobre la cama.

—Porque es mi amigo y me quiere acompañar. Por eso —murmuro tras cerrar mi libro.

Se sienta enfrente de mi, inclinándose para acariciar mi mejilla. Me gusta recibir el cariño que todos me dan, que sean atentos, sin embargo, no me agrada que me vean con lástima. Pero es lo que estoy dando, si ni yo sé si realmente tengo esa enfermedad o no.

—¿Vamos a dar una vuelta? —preguntó suavemente.

—Esta bien —asentí sin más.

Akari abrió un ojo cuando me removí para levantarme, sin embargo, prefirió seguir descansando. Al pararme de la cama, fue como si el suelo se moviera con lentitud haciendo que pierda el equilibrio por un momento. El hombre de mi lado recorre a mi ayuda, preguntando si me encontraba bien. Asiento, de seguro es por levantarme rápido o por estar mucho tiempo encerrada. Ya me ha pasado, créanme, con mis padres sucedía a menudo.

—Sí, tranquilo —fuerzo una sonrisa, sosteniendome de su brazo.

—¿Segura? Porque podemos ir al médico —dice mientras salimos del cuarto—. De hace un par de días que no estás bien..., físicamente, quiero decir.

Es cierto.

De hace un par de días que estoy un poco mal, me siento cansada y un tanto debilitada. Sigo diciendo que debe ser el encierro, no he tenido ganas ni de salir al jardín. De hecho, hoy es primera vez en varios días que saldré a dar una vuelta por los alrededores.

—Es el encierro, ya me ha pasado —murmuro. Asiente no muy convincente.

Desde que Jack ha cambiado conmigo, se preocupa de mi hasta de si he comido o no. Es obvio que no me cree, pero yo digo la verdad. Bajamos las escaleras y Sarah nos informa que el almuerzo estará dentro de una hora, tiempo que tenemos para dar una vuelta por el terreno. Al momento de abrir la puerta, oímos como Akari baja a toda velocidad para unirse, contento y optimista recorre junto a nosotros el inmenso jardín sin separarse en ningún momento.

Flechazo de amor |Jelsa| |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora