|11. E l s a.|

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Soundtrack 11: Hipnotizame - Fobia
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—¡Le gustó! —exclamé con emoción mientras entraba a la cocina, Sarah sonrió tiernamente—. Le gustó mucho lo que he hecho.

—Me alegro, mi niña —me tomó las manos suavemente, casi maternal—. Si yo tenía razón, ustedes estarán bien, era cosa de tiempo.

—Sí..., después de todo Jack no malo como creí que era.

Bueno, tal vez si lo fue en un principio.

Sarah me abrazó tiernamente, y yo le correspondí su abrazo. La verdad me estaba acostumbrando a su cariño, me hacía sentirme querida y era lo que me importaba. Sonreí.

Durante el día estuve en la biblioteca con el único cachorro que se me había encariñado, Adam me había dicho que era macho y buscaba un nombre para colocarle mientras leía Hush Hush. Un libro que encontré entre tantos de los que aquí ahí.
Aún no puedo creer que Jack haya mandado a hacer algo así para mi, de sólo pensarlo mi corazón se ensancha de alegría.

—¿Todavía aquí? —miré a mis espaldas, mi esposo me miraba con sus manos metidas en los bolsillos de su abrigo—. Vamos, es tarde.

—Lo siento —cerré el libro luego de colocarle el pasador de páginas, y me levanté del cómodo sofá con el cachorro en brazos, dejando el libro sobre una mesa—, se me pasó el tiempo.

—Sí, lo noté —y sus ojos azulados pasaron hacia el perro—, como también noté que te encariñaste con él.

—Es lindo —sonreí dulcemente—. ¿Me lo puedo quedar?

—Ya tenemos a dos, Elsa —noté la seriedad en su rostro, bajé la mirada tan sólo un poco—. Me convenciste de que a los cachorros se los dieramos a los niños y familias que enserio quisieran uno, pero nosotros no tendremos otro.

—Por favor —murmuré—, tan sólo este.

No dijo nada por los siguientes segundos, y yo no volví a insistir. De hecho, era normal que no quisiera quedarselo. A él no le agradan los perros, y a mi nadie me tomaría enserio si sigo insistiendo con una niña.

—Lo pensaré —soltó, asentí sin más.

Salimos de la biblioteca, en el jardín Adam guardaba a los cachorros y tomó el que yo sostenía cuando se lo fui a entregar. Me despedí de él antes de volver junto a Jack, quien me esperaba antes de ingresar a la casa.
Sarah se había ido a descansar por lo que no había nadie más por lo menos dentro de la casa.

Subimos las escaleras para dirigirnos a nuestra habitación. Era extraño que mi esposo quisiera dormir conmigo, aunque admitía que me relajaba y me gustaba saber que él quería estar cerca de mi. Comenzé a buscar mi pijama en uno de los cajones, era una noche helada y no encontraba mi pantalon de algodón largo. Menos mi camisa preferida.

—¿Pasa algo? —al oír su voz burlona, supe que me tendió una broma.

—¡Dame eso! —no pude evitar exclamar cuando lo ví sostener mi pijama.

—No, no lo haré —sonrió con diversión.

No entendía porque me estaba haciendo esto. Yo tenía frío, ¿por qué no me lo quería pasar?

—Jack, tengo frío —me acerqué y comencé a saltar cuando alzó mi pijama, pero por mi estatura no lo alcanzaba—. Por favor... —supliqué.

—¿A cambio de qué? —me tomó de la cintura con un brazo para acercame a su cuerpo, me sonrojé.

—¿Q-Qué quieres? —pregunté, viendolo a los ojos fijamente, con mi típica timidez.

Flechazo de amor |Jelsa| |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora