Flechazo de amor |Jelsa| |TERMINADA|

|23. ESPECIAL.|

❇ORTOGRAFÍA SERÁ CORREGIDA

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Esto es un FlashBack. Antes de que todo sucediera, espero que gusten de leerlo y no esperen a la siguiente actualización para saltarlo :'v

Soundtrack 23: Dangerous Woman - Ariana Grande

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SEPTIEMBRE, 1994.

El fruto prohibido puede resultar ser tu mayor perdición, perdiendo la cabeza por culpa del deseo carnal que tu cuerpo anhela...

Se mordió el labio inferior mientras su ojos recorrían con total descaro ese cuerpo varonil que tenía frente suyo. Oculta en la oscuridad que el pasillo le otorgaba, Miriam White observaba al hombre que vivía bajo su mismo techo para ser el compañero de vida de su madre y, por supuesto, su padrastro.

La puerta del cuarto matrimonial se encontraba entreabierta y le proporcionaba una perfecta vista de la desnudez de Thomas Snow. Era un hombre mayor por nueve años y él a sus veintiseís años contrajo matrimonio con su vieja madre. ¿Quién iba a pensar que un joven como él, tan pobre, terminaría casándose con una mujer de más edad?. Miriam sabía que todo se trataba de dinero, ¿por qué no sacar provecho de la situación?.

Lo vió colocarse sus pantalones y entonces se largó a su cuarto al escuchar la llegada de su madre a la casa. Cerró la puerta con cuidado, mordiéndose el labio inferior para reprimir un grito que reclama la emoción de cualquier muchacha de diecisiete años por un chico, en este caso, un hombre en todo su esplendor.

Se dejó caer en su cama con una sonrisa que nadie lograría quitársela.

—Vas a ser mío, Tommy —soltó una risita, sellando así la promesa que se hacía.

Dos días más tarde su madre tuvo un viaje de negocios donde Thomas la acompañó hasta el aeropuerto para despedirla como todo buen marido.
Ese, ese fue el momento exacto que se necesitaba para organizar una gran fiesta para alocarse y zambullirse en alcohol después una semana aburrida de clases.

Miriam bailaba junto a su novio, Edward Arendelle, el único chico que su madre ha aceptado y proveniente de la familia a la que los White siempre han estado asociados. No es de extrañar que ninguno se llevara bien lo suficiente como para casarse. Miriam apenas aguantaba su grosera actitud cada vez que se dirigía a ella. "Por lo menos no me ha humillado en público" pensaba, eso no lo aguantaría y juraría que Edward se las pagaría.

Ninguno se miraba, bailaban para guardar las apariencias. Eran los más populares del instituto, ¿por qué discutir si podían ser la pareja perfecta?. Tanto a Edward como a Miriam les encantaba presumir lo que tenían y tener un par de caras enfadas por desear sus posesiones no hacen más que satisfacer su orgullo.

—Voy por algo de tomar —dijo entonces, separándose del muchacho.

—Como quieras.

Escabulléndose entre los demás adolescentes, llegó hasta la pequeña barra de bebidas que su padre había mandado a hacer antes de morir. Pronto tomó un vaso cuando sintió una mano agarrar con fuerza su muñeca.

—¡Oye...! —su rostro se asombró al ver aquellos ojos azules enfadados—. ¡Thomas! —exclamó sintiendo los nervios hacer presencia. Sólo que esté allí, viéndola fijamente, hace que esté nerviosa—. N-No te esperaba aún...

—¡¿Es enserio, Miriam?! —alzó la voz—. ¡Tu madre apenas se fue ¿y ya estás festejando?!

Miriam rodó los ojos, soltándose de su agarre.