Una relación

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Tener una relación que se suponía que era "seria" a Jung Kook lo ponía en alerta con cualquier cosa. Se estaba tomando demasiado a pecho eso de tener un novio y de comportarse como tal. Esto quería decir que como era la primera vez y no quería perder a alguien tan especial como Yoon Gi, se dedicó gran parte de su tiempo libre a investigar lo que se suponía que era un "buen novio".

Aunque habia gastado horas de su vida explorando sobre un tema tan común, cuando salían tenía la sensación de que parecía una niña. Yoon Gi siempre se encargaba de todo y eso a veces le molestaba; en otras ocasiones lo trataba como si fuera mucho más pequeño y él, sin darse cuenta, actuaba así. Jung Kook sabia que era infantil, pero a veces se pasaba de la raya. Cosas como ver algo que llamaba su atención en la vitrina de algún local, señalarlo y correr era bastante habitual.

Uno de los muchos días en los que se encontraban tomando un café helado, Kook no podía dejar de pensar en lo que le ocurrió en la escuela el día anteriortema, duadaba de contárselo a Yoon Gi, pero dado que debía ser un buen novio lo haría, pues porque uno de los puntos importantes era la sinceridad.

—Tienes cara de haber tenido una visión —le dijo el mayor, burlándose de su expresión —¿Acaso moriré ahogado por este café helado?

—¿Por qué eres tan estúpido? Mi cara es así — Kook se sintió ofendido por ello y se sonrojó —.Escucha una cosa...

Antes de hablar dio un gran sorbo a ese café y sintió la molestia del frío colarse por su garganta y subir hasta su cabeza. Yoon Gi sólo esperaba a que le dijera algo, mientras que removía con la pajita aquel líquido y hacia chocar los hielos.

—Alguien se me confesó. Me regaló una caja de bombones, una carta y hasta me obsequió una colonia.

—Oh...—Yoon Gi dejó de entretenerse con la bebida y la dejó a un costado—Ya te volviste popular, eso es bueno. ¿Y es buena esa colonia? ¿La llevas puesta? Dejame olerte.

Kook había sido sorprendido por la reacción de su novio. Se suponía que cuando ocurría algo así la otra persona estallaba en celos y su sangre comenzaba a hervir. No supo si tomarlo en serio o como una broma; porque la verdad es que Yoon Gi solía hacer muchas bromas que nunca entendía del todo qué propósito tenían.

—¿No te molesta?—el menor casi afirmó antes de transformarlo en interrogante—.Alguien se confensó, me dijo que le gusto. Osea, LE GUSTO.

—Sí, lo entiendo, a mi me pasa siempre. Es lo normal.

—¿Cómo que siempre?

Los ojos de Kook se abrieron como todo un psicópata. Dejó su bebida congelada a un lado y se apoyó con ambas manos sobre la mesa, haciendo ruido. Llamó así la atención de una de las camareras del lugar, quien se quedó petrificada mirándolos.

—No te pongas así, sabes que soy como uno de esos idols. Las chicas me aman. Osea, mirame—Yoon Gi se señaló así mismo mientras mostraba una sonrisa socarrona —.Pero claro que aplico la de "se mira pero no se toca".

—No me gusta que se te acerquen, ni tampoco que te miren— el cuerpo de Kook se inclinó hacia adelante quedando apoyado sobre la mesa, sus brazos quedaron estirados para así llegar hasta el otro y agarrar sus manos—.Te seré totalmente sincero, Yoon Gi. Si veo a alguien cerca tuyo. respirando tu aire, invadiendo tu espacio, lo asesinaré. ¿ok?

El rubio no supo si tomar en serio las palabras del menor. Sonaba a todo un psicópata, y lo peor era que su tono de voz parecía haberse transformado como si fuera poseído por un demonio. Aquella faceta era algo nuevo de ver; siempre había sido tímido, callado y reservado en cuanto a opiniones sobre el tema de la popularidad del rubio. Esta vez había dado un giro drástico de actitud. Yoon Gi sólo esperaba que hubiera sido todo culpa de aquel café helado.

Más tarde, al salir del local, fueron de camino a casa del menor. En su trayecto se encontraron con aquella chica cómplice de su ahora relación de novios. Gina se veía despeinada por culpa del viento, llevaba sus tan adoradas prendas un talle más grande que el suyo y sus anteojos resbalaban por el puente de su nariz hasta darle una apariencia de abuelita.

—Oh, mirense...—se frenó de golpe al verlos—Son la cosa más hermosa que vi en mi vida. ¿Me dan permiso para escribir una novela sobre ustedes? Les daré el 10% de mis ganancias.

—Primero que nada, hola, buenos días, estamos bien gracias—dijo Kook casi entre dientes.

Aunque sabia que ella no quería nada con Yoon Gi y que fue cómplice de la unión de ambos, no le caía del todo bien. La miró con algo de recelo y ella hizo un puchero un tanto exagerado. A Gina no le gustaba meterse en medio de nada, su intento por ser amable con el menor le costaría unos cuantos meses, suponía. Yoon Gi no decía nada, Kook lo tenía sostenido del brazo y lo había puesto un paso tras él como si quisiera protegerlo.

—Disculpa, que maleducada soy—Gina sacó su mano del bolsillo y se acomodó los anteojos —.Me alegra ver que andan bien, sí... Bueno, me iré antes de que me sigas asesinando con la mirada, niño rata.

Dicho eso, Gina rió por su propio insulto y salió corriendo. Claro que Kook se sintió ofendido por ser calificado de esa manera. No iba a permitir que nadie le dijera esas cosas. Él no era un niño rata, claro que no.

—Lo dijo. Yoon Gi, lo dijo.

—No lo tomes enserio, ella sólo bromea. Mirala, está loca—la señaló mientras ésta se habían ido corriendo cual Naruto.

Kook odiaba ser llamado así. En las partidas siempre alguien le llamaba "niño rata" sin saber el motivo. Era una ofensa a su persona, teniendo en cuenta que no tenía siete años, que ya no jugaba a Minecraft y que por supuestisimo no seguía a ningún youtuber de esos famosillos, ese adjetivo no tendría que afectarle.

—¿Tengo cara de rata?—le preguntó al mayor.

—Jung Kook...— Yoon Gi iba a negarle rotundamente aquello, pero sus ojos empezaron a analizar su rostro detenidamente y dentro de su cabeza, la imaginación comenzó a jugar y a distorsionar la cara del menor hasta hacerlo reír —No.

—¿De qué te ríes? No seas mentiroso. Tengo cara de rata... Soy una rata fea e inmunda.

Jung Kook se sintió golpeado por sus traumas del pasado. Se agachó y se abrazó así mismo, en medio de la calle, siendo observado por varias personas. Su novio no supo qué hacer e. ese momento, porque era obvio que fue su culpa.

—Jung Kook, no eres una rata—se puso a su lado y trató fe buscar su mirada—Eres un bonito conejo, mi conejito. Eres mi Teemo, ¿verdad?

El menor arrugó su nariz y levantó su cabeza para encontrar la mirada del mayor. Sus dulces palabras lo hicieron sonrojar.

—¿Lo dices enserio...?

—Claro, no seas tonto—tomó su mano y lo ayudó a levantarse — Ven, vamos a casa mi pequeño conejito. Te daré mimitos y besitos.

—Bueno, ya, no te pases. Tampoco soy un bebé.

—Hoy estás bipolar por lo que veo. Te daré unos azotes para que se te pase.

—¡No digas esas cosas que estamos en la calle, cochino!

Kook le dio un fuerte golpe a su novio en el hombro, casi haciéndolo caer. Su cara de tornó roja, sintió calor en las mejillas y decidió ir unos pasos más adelante que él. Caminó erguido como si fuese un robot, a la velocidad de la luz. Dejando atrás a Yoon Gi, quien seguía riéndose por su actitud.

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