2. Nuevos inquilinos

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Los fines de semana tampoco eran muy diferentes a los laborales, lo único que cambiaba era que en vez de trabajar en la discográfica, se pasaba la mayor parte metido en su estudio, creando nuevas melodías y enlazándolas con las letras que le venían a la cabeza. Solo paraba para descansar y sacar a pasear a Buttie, el cual ya saltaba de alegría en cuanto Wonsik cogía la correa y lo esperaba en la puerta.

El paseo duró lo suficiente como para que hasta el mismo perro estuviera cansado, era algo normal pues el perseguir palomas tendría que ser agotador desde los ojos del pequeño. Caminaron de vuelta a casa y se pararon en la entrada cuando un gran camión blanco aparcó detrás de un coche que no había visto nunca. Varios hombres salieron de éste y rápidamente comenzaron a descargar montones de cajas, Wonsik pensó que serían las pertenencias de los nuevos vecinos, no falló en cuanto vio al chico que los guiaba hacía el interior del edificio.

Buttie comenzó a ladrar en cuanto se acercaron, llamando la atención de los hombres de la mudanza. Wonsik pidió disculpas con la cabeza y cogió a su pequeño en brazos, lo que menos quería era molestar. Entró en el portal y subió las escaleras camino a su piso, pero una voz lo detuvo.

- ¿Tú debes de ser Wonsik, no?

Se giró para ver al nuevo inquilino, ahora más de cerca, pues era el mismo que guiaba a los hombres del camión. Le costó hablar cuando lo miró a los ojos seguido de su rostro, pues era alguien realmente atractivo. Su tono de piel color canela fue lo primero que le llamó la atención, no era común pero a él le quedaba perfecto, pues contrastaba con la ropa tonos pastel que vestía. La sonrisa que le dedicó también fue suficiente para que le fuera difícil responder.

- Sí.

- Hani nos habló de ti. – Le tendió la mano. – Yo soy Hakyeon, espero que podamos llevarnos bien y tengas sal para poder pedirte.

Wonsik aun tenía al perro en sus brazos, pero se lo colocó de alguna manera para que pudiera corresponder al saludo. Sonrió, pues sal era lo que menos utilizaba al no cocinar a menudo.

- Y tú debes de ser Buttie. – Hakyeon acarició la cabeza del animal y éste intento lamerle, pues había tocado su punto débil. – Curioso nombre.

- Mi hermana pequeña... Dijo que tenía un "Culito" adorable, luego lo pasó al inglés y sin pedir permiso lo escribió en su ficha. No pude negarme. – Su vecino rio a causa de la anécdota. – Veo que Hani te ha hablado demasiado de mi... - Pensó en llamarla en cuanto pisara su casa.

- Solo le preguntamos qué tal eran los vecinos. – Allí estaba de nuevo su sonrisa, aquel tipo era demasiado atrayente.

- ¡Hakyeon! – Una voz los salvó de un silencio incómodo.- ¿Tú crees que el piano entrará por la puerta?

El chico que habló detrás nuestro medía los marcos de la entrada, Wonsik solo tubo que mover un poco su cabeza para verlo y de nuevo sorprenderse. Aquel muchacho era todo lo contrario a Hakyeon, pues su tez era pálida y su cara parecía esculpida por cualquier escultor griego. Vestía algo más formal que el moreno y seguramente sería unos centímetros más alto, de nuevo se quedó sin habla. ¿De dónde habían salido esos dos? ¿De alguna agencia de modelos?

- Cariño, lo primero que miramos antes de buscar piso fueron las medidas del piano. Ese era tu requisito en cada inmobiliaria, que cupiera sí o sí. Está todo calculado al milímetro no te preocupes.- Hakyeon se acercó a él para traerlo frente a mí. – Wonsik, él es Taekwoon, mi novio.

Wonsik colocó a Buttie en el suelo, el brazo le comenzaba a fallar.

- Encantado. – Dijo estrechando su mano.

Taekwoon solo asintió, se le veía más serio que a Hakyeon, ambos parecían ser lados completamente opuestos, y por eso pensó Wonsik que estaban juntos. Vistos de cerca, y siendo los dos hombres guapos, sería algo inevitable que no fueran pareja.

Se escuchó un golpe que hizo que los tres de giraran hacía la escalera, y Wonsik observó como un rostro pálido podía serlo más aún, rápidamente Taekwoon bajó las escaleras maldiciendo a la madre  de los que subían con dificultad el instrumento.

- A veces pienso que es más importante el piano que yo. – Comentó Hakyeon mientras lo miraba. – Creo que hice bien en permitirle convivir con su segundo amor. – Wonsik sonrió. – Será mejor que continuemos, si no nunca acabaremos con esto.

Y antes de que pudiera responder, Hakyeon bajó las escaleras para poder ayudar con las cajas, mientras Wonsik se detenía a mirarlo por el otro lado. Buttie lo sacó de su ensoñación mientras con una de sus patitas rascaba la puerta de la entrada, no tardó en terminar con el cuenco del agua en cuanto pisaron su casa.

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Ayer quedaron muchas dudas, y el capitulo fue poco. Esto es solo el comienzo, aquí tenemos a los nuevos vecinos... Ains...Quien los tuviera de verdad...😏

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