7. Oportunidad

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Wonsik entró en su cuarto de baño y abrió la ducha, regulando la temperatura y poniéndola lo más fría posible. Lo que acababa de pasar no era otro sueño, y su erección era muy consciente de ello. Estaba seguro que aquello hubiera pasado a más si Taekwoon no lo hubiera llamado diciendo que ya estaba en casa.

Debía centrarse, pues lo que había olvidado en el momento en el que Hakyeon lo tocó era que éste tenía novio, y ambos vivían a pocos metros de él. No sabía cómo afrontar aquello, ¿De qué manera iba a mirar a sus vecinos a la cara? ¿Tendría que saludarlos como si nada? Miles de preguntas acribillaron la cabeza de Wonsik mientras el agua caía por su cuerpo, sabía que sería inevitable no encontrarse con ellos continuamente.

Lo peor de todo esto no era lo que había pasado en su cocina, si no las palabras que le dedicó Hakyeon antes de salir por la puerta de su casa. La próxima vez intentemos que no haya paredes de por medio. ¿Qué había querido decir con eso? Tal vez estaba claro, pero eso no significaba que se llevaría a cabo... ¿O sí? Quería saber cuáles eran las verdaderas intenciones de su vecino, pero ¿Y Taekwoon?

Hakyeon le contó que llevaban más de tres años juntos, y tal y como hablaba de él sabía que ambos estaban realmente enamorados, pero si así era, no entendía la escena de hace apenas media hora. Tal vez el moreno solo quería gastarle una broma por el hecho de que los haya escuchado tener relaciones, pero no conocía las bromas de ese tipo, al menos que incluyeran un beso con lengua.

Aquella noche Wonsik durmió en el sofá, quiso evitar situaciones incómodas pues sabía que si volvía a escucharlos no evitaría el volver a tocarse, ya que Hakyeon, y tal vez Taekwoon, habían despertado en él su parte más lujuriosa.

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De nuevo la rutina de Wonsik volvió a la normalidad, al menos en esas tres semanas que pasaron desde su casi desliz con su vecino. Sus encuentros en el rellano eran muy puntuales y las palabras entre ellos no pasaban de los buenos días, pues ambos siempre iban con el tiempo justo.

Wonsik dejó de comerse la cabeza, solo había sido un calentón del momento, un beso sin importancia que lo hacía ruborizarse cada vez que lo recordaba. Tenía que admitir que no lo podía olvidar por eso tenía una lucha constante entre dejarlo pasar o pensar todos los días en ello, el problema era que él quería la primera opción y la segunda siempre ganaba.

Desde aquella tarde no había vuelto a escuchar a sus vecinos por las noches, pensó que Hakyeon se guardaba los gritos para sí mismo cuando sin necesidad de decírselo, sabía que sus gemidos eran escuchados al otro lado de la pared. Pero, todo esto no impidió que los sueños húmedos de Wonsik cesaran, y solo se dedicó a imaginar sin pudor mientras se daba aquel masaje personal.

Por supuesto, su chip cambiaba completamente mientras estaba en el trabajo. Una chica, no mayor de veinte años cumplía su sueño de grabar su primera maqueta en un estudio y a la vez Wonsik se estrenaba como su productor y compositor. Los temas que presentó a su superior fueron muy alagados y por ello recibió su oportunidad. Tal vez no sería un gran éxito de ventas, pero aquello lo emocionó demasiado.

El problema vino cuando la discográfica quiso añadir una nueva canción para la chica, y querían que fuera una balada, un ritmo al que Wonsik no estaba acostumbrado. Era un reto, y debido a su perfeccionismo no conseguía estar satisfecho con nada de lo que hacía. Hizo y deshizo cada melodía incontables veces, hasta que cayó rendido y el dolor de cabeza comenzaba a notase mucho más.

Suspiró cansado hasta que el pequeño piano, que pocas veces utilizaba, encendió su bombilla. Tal vez enfrentarse a él después de todo sería complicado, pero no dejaba de pensar que era una gran idea. Taekwoon tenía talento y sus canciones no solían salir a la luz si no era en algún evento de los que organizaba su novio o lo contrataran en algún lado. Sería una oportunidad para él y una salvación para Wonsik.

Respiró profundamente antes de tocar el timbre de sus vecinos, e imploro que quien abriera la puerta fuera Taekwoon, pero esta vez la suerte no iba de su lado y un sonriente Hakyeon lo recibió.

- ¡Wonsik! ¡Qué alegría verte! – Quiso ser igual de efusivo que él, pero hizo frente a sus nervios y directamente preguntó por Taekwoon. – Claro, adelante, lo encontrarás donde siempre.

- Justo donde lo necesitaba. – Se acercó a él y éste se giró para saludarlo tímidamente. – Vengo a hacerte una propuesta.

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De nuevo, gracias!❤❤

PD: Vaalee... tal vez Wonsik no sea tan inocente!😜😜

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