12. Destreza

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Sabía que tarde o temprano se tendría que enfrentar a ellos, lo que no contaba es que fuera tan precipitado, pues su cabeza aún seguía echa un lío. Intentó evitarlos, pero fue imposible cuando se los encontró en la puerta del edificio de la discográfica, cuando después de meditar si poner otra excusa a su superior, volvió al trabajo.

La mirada de los tres se cruzó por unos mínimos instantes, pero Wonsik solo se dedicó a saludar y entrar apartando la vista de ellos rápidamente. Caminó a suficiente velocidad como para no coincidir con Taekwoon en el ascensor y suspiró aliviado en cuando las puertas se cerraron después de apretar el botón.

A veces pensaba que era una tontería esquivarlos, pero la única verdad era que lo hacía únicamente por timidez y las dudas en enfrentar la situación. No sabía cómo mirarlos a la cara, no tenía ni idea de que decir en caso de algún tipo de conversación, por eso alargaba el encuentro lo máximo posible, aunque tenía claro que no tardaría en llegar.

Tuvo suerte durante su jornada de trabajo en la cual su superior le mandó retocar unos puntos de la canción principal de la nueva artista y terminar de afilar la producción, pues el disco saldría en pocas semanas e iban con el tiempo justo, y de esta manera no se encontró a Taekwoon en todo el día.

O al menos hasta la hora de comer.

Wonsik pasó por al lado del estudio de grabación y miró por uno de los cristales. Lo encontró solo mientras tocaba uno de los pianos que tenían por allí, el mismo que hizo que a Taekwoon se brillaran los ojos en cuanto lo vio por primera vez. Él no entendía mucho sobre aquel instrumento, pero según su vecino ese era un modelo exclusivo y le hacía muchísima ilusión poder trabajar sobre su teclado.

No quiso pasarse mucho rato observándole, por un lado porque iba con las horas contadas y por otro el miedo a que descubriera que lo estaba mirando, aunque en aquella acción no era el único. Taekwoon no pasó para nada desapercibido, sus piernas largas y sus hombros anchos acaparaban toda la atención de la parte femenina del edificio, las cuales se llevaron una gran decepción al ver una de las tardes a Hakyeon con él. Aun así ninguna de ellas desaprovechaba la oportunidad de acercarse a él.

Wonsik reía cada vez que las escuchaba hablar, al menos cuando elogiaban cualquier parte de su anatomía, la misma que él había tenido oportunidad de tocar y acariciar.

Y allí estaba otra vez, Pensando en aquella tarde.

Sintió la mirada de Taekwoon por un momento y él solo se giró para seguir su camino.

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Había cogido destreza a la hora de evitar a sus vecinos, pues después de calcular la hora en la que salían y entraban, sacaba a pasear al pequeño Buttie cuando ya era bien entrada la noche. Le costó acostumbrarlo a ese horario, pero era el perfecto para no pasar por una situación incómoda.

Pero aquel día fue distinto, corrió cuando el perro subió las escaleras a toda prisa para encontrarse con Hakyeon en la puerta de su casa. El corazón de Wonsik latió acelerado en pocos segundos mientras lo miraba pisando el último escalón y quedando a pocos metros de él. Buttie comenzó a saltar a su alrededor, haciendo que el moreno se agachara para acariciarlo. Perro traicionero, pensó cuando el can se tumbó con las patas para arriba para recibir las manos de Hakyeon en su barriguita.

- Menos mal que tu si te alegras de verme. – Dijo con toda su atención puesta en el animal. – ¿Me dejas hablar con tu dueño o hoy también me va a esquivar? – Con aquello último, sus ojos miraron hacia arriba.

- Hakyeon. – El mencionado se levantó para ponerse a su altura.

- ¿Podemos hablar?

Había llegado el momento y Wonsik tenía que afrontarlo con madurez, así que abrió la puerta de su casa dejándolo pasar.

- ¿Y Taekwoon? – Preguntó mientras se giraba.

Como si lo hubiera escuchado, la puerta del otro lado del rellano se abrió. El pelinegro se acercó a ellos con paso decidido y los tres entraron, con un silencio que el mayor de todos rompió en cuanto se sentaron.

- Wonsik. Sé que te resulta extraño lo que ha pasado estos días.

- ¿A qué estabais jugando? – Al fin estalló, el siguiente paso de dejarlos entrar, era terminar de aclarar las cosas, así que aquella era la pregunta, junto con muchas más, que llevaba días haciéndose.

- Queremos explicarte todo. – Sus vecinos se miraron entre si, algo inseguros al principio luego hablaron con tranquilidad. – Como sabes, Taekwoon y yo llevamos mucho tiempo juntos. Decidimos mudarnos para cambiar de aire y no caer en la rutina que nos dimos cuenta estaba apareciendo.

>> Nuestra intención desde un principio era retomar nuestra historia desde un nuevo punto. Yo encontré nuevos lugares para mis eventos, y Taekwoon volvió a tocar en ellos igual que cuando nos conocimos. Todo iba bien hasta que te conocimos. – Wonsik abrió los ojos desconcertado por esa parte de la historia, quiso hablar pero lo dejó continuar. – Debo admitir que a mí me atrajiste desde el primer día, Hani nos dijo que eras guapo, pero creo que se quedó corta. – Enrojeció ante esas palabras y un atisbo de sonrisa quiso aparecer en su boca, pero se contuvo. - ¿Verdad que si Woonie? - éste, que aún no había mencionado palabra, asintió, su cara se tornó roja. – Recuerdo que ambos coincidimos en eso. Después de todo esto llegó aquella noche, que seguro no has olvidado.

A Wonsik le comenzó a temblar el cuerpo cuando sintió la mano de Hakyeon en su muslo, no tenía ni idea de cómo iba a acabar aquello.

-o-o-o-o-o-

Como veis, aunque era bastante predecible, algunas habéis acertado con las intenciones de los vecinos, ahora solo queda pensar como se lo va a tomar Wonsik...🤔🤔

Bueno, nada más ¡Hasta mañana!💕💕💕

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