El camino de agua que deje en el piso de madera desde la entrada hasta el cuarto de baño haría que Judith pegara un grito al cielo y probablemente me tendría el fin de semana limpiando y sacando brillo al piso, pero el frio que sentía en ese momento era más fuerte que el regaño que recibiría, por lo que no me interesó dejar las huellas de mis zapatos tatuados en la madera.
Entre al baño y encendí la ducha, dejaría que el ambiente se llenara un poco de vapor para no temblar tanto por el agua de lluvia que calaba mis huesos; lentamente me saque el polo, la remera, los zapatos, medias y pantalón e ingrese a la ducha, permitiendo que el al agua caliente quemar mi piel y calentará la piel.
Luego de 5 minutos, recién pude proceder con la ducha, lavándome el cabello, los dientes y el cuerpo. No quería salir de ese cuarto lleno de vapor caliente; tenía la extraña sensación de que saliendo de ahí, un frio aterrador envolvería mi cuerpo.
Apague la ducha y alcance la toalla envolviendo mi cuerpo con ella, mientras secaba mi cabello con una toalla más pequeña; abrí la puerta y asome la cabeza por el pasillo, apenas eran las 7 de la noche, pero la luz del sol ya no se vislumbraba entre las ventanas, los truenos y las nubes de la tormenta habían creado el perfecto cielo oscuro y el ambiente de película de terror.
Saque lentamente un pie hacia el piso del pasillo y en cuanto mis dedos tocaron el piso, empecé a correr en dirección a mi habitación, abrí la puerta y en cuanto entre a la habitación, la cerré, como si ese cuarto de 4 por 4 metros fuera un fuerte que me podía proteger de cualquier demonio.
Oí un carraspeo detrás de mi… y puedo jurar que mi alma se salió de mi cuerpo.
-Podría hacer que esa toalla se suelte y adorne el piso de tu habitación.- Su voz profunda y su manera de hablar lentamente hizo que toda mi piel se erizara; no era Dante, era alguien que no conocía, pero que solo su presencia hacia que mis miedos más profundos salieran a luz.
Mi voz quería escapar de mi garganta en un grito agudo, pero mi cerebro estaba paralizado por el shock.
Una de mis manos seguía apoyada en la puerta mientras que la otra sujetaba la perilla; si me movía realmente rápido, podría abrir la puerta y escapar del intruso que estaba observándome como su siguiente presa.
<<Hazlo… Tu puedes…>>
Solo un segundo… necesitaba un segundo para escapar.
Moví mi muñeca medio milímetro antes de que una mano delgada y larga se apoyara bruscamente sobre la puerta impidiéndome siquiera intentar abrirla; solté la puerta y la perilla y automáticamente y sujete la toalla a modo de escudo; su mano libre me sujeto por la espalda y me atrajo a él, pegándome demasiado a su cuerpo, solo la poca resistencia que ponían mis manos lograban los centímetros de separación.
Buscaba sus ojos, quería memorizar su rostro para hacer que pagara lo que fuera a hacerme, pero… no lo veía; una capucha cubría la mayor parte de su rostro y solo sus labios carnosos dibujando una sonrisa eran visibles.
Acercó su cara a mi cuello, y sentí un aire frio recorrer mi piel.
- Hueles a él.- Dijo. - Dante estuvo divirtiéndose.-
Las sabanas apresaban mis piernas que se movían frenéticamente intentado escapar de... mi cama.
El aire se negaba a ingresar en mis pulmones, que parecían ser un adorno dentro de mi torso; busque los ojos azules de Dante en la oscuridad pero no había nada ni nadie que estuviera a mi lado para consolarme de esa pesadilla… si fue una pesadilla.
Todo fue tan real, las marcas del piso, la ducha, el vapor… el miedo, su toque, la cercanía; todo.
Cuando por fin la conexión cerebro-pulmones-nariz funcionó tome unas buenas bocanadas de aire tranquilizando a mi corazón.
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PLUMA DE CRISTAL (1ra Parte De ENTRE TUS ALAS)
FantasiCuando no crees en ángeles, ellos llegarán a demostrarte la verdad. Valentina dejó de creer en su ángel guardián, pero cuando tú ángel protector es tan terco como Haiaiel, terminas creyendo en todo el reino celestial