RIMA XXXIV

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Mi soñar
es como la libélula pueril
de un vano deseo;

que entre sombras heladas
bajo el cielo nocturno
y sin rumbo vaga.

Un ala de oro y otra de marfil
y dos ojos que son los míos
y un canto frágil y sonoro;

y la roca que embistió con sus llamas
alojando en su calor
naturaleza divina y humana.

Sombras de hadas acompañan
la beldad
y mi cama tan honda y calma
acompaña al sueño;

y no saber a que noche le debo
el encuentro cercano de un lejano deseo.

Rimas del Alma, Sonetos de Amor © #RPA18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora