SONETO I

73 4 3
                                    

Del día mostrábase el sol inquieto,
y en las yemas de las manos ardía
este amor que cobraba valentía,
los ojos y labios cuan coro a dueto.

Rosa carnosa, debo gracia y respeto
pues, no hay mayor placer ni alegría
que llevar en el tacto la energía
emanada de todo su cuerpo repleto,

de ansias, de fe, de amores vividas,
pueril animal de sabanas mecidas,
terciopelo enredado entre queros

no de estos ojos, sino de aquellos
verdaderos de luces prendidas
al alma que llevo quedarse adheridas.

Rimas del Alma, Sonetos de Amor © #RPA18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora