Capítulo 6

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Nota de autora: advierto que desde aquí presentaré MI versión de omegaverse,osea una versión propia #Beli'sOmegaverse

Lucius se puso en cuatro sobre su hijo, rozando sus miembros erectos, causando un sonrojo en todo el rostro de su chiquillo, a la vez que jadeaba.

Draco no sabía qué era lo que su papi le hacía, pero le gustaba mucho. Sentía la rara necesidad de sentir a su papi dentro; su agujerito 2 se dilataba y empezaba a liberar un líquido espeso. Su papi, cuando llegaba a ese punto, metía hasta tres de sus dedos y los movía. Era una sensación extraña pero que le hacía sentir bien. Eso ocurría desde hacía un año atrás, un día que comenzó a emanar un olor fuerte que incluso él mismo sentía; su papi decía que era un olor 'exitante' -no sabía que era excitar-, atrayente y atractivo, que deseaba que nadie tuviera. Y si su papi así quería, así sería.

Lucius en verdad se estaba conteniendo; las ganas de prenetar a su hijo, su instinto alfa, eran demasiado, mas conservaba suficiente cordura para abstenerse y anteponer la salud de su hijo a sus deseos sexuales. Su miembro podría ser demasiado para ese pequeño agujero... Ay... Pero debía ser tan excitante, tan apretado... "No, Lucius. No puedes permitírtelo, no aún" se reprochó mentalmente.

Empezó por, a la vez que seguía rozando sus miembros, explorar su cuerpo con su lengua, pellizcar sus pezones, deteniéndose al rato para admirar aquella obra de arte que era su hijo, en especial en ese estado. Su virgen piel, suaves cabellos, delicadas facciones, leves curvas, cubiertas en su totalidad por una fina capa de sudor, con sus mejillas decoradas de un rojo fuerte. Y de música de fondo, los jadeos y gemidos mutuos, notándose más los del menor.

"Papi... dilatado...líquido... incómodo..." tanto placer le impedía hablar coherente a Su Dragón. Mas el líquido espeso que sintió que mojaba a las sábanas, al ver de dónde salía, le hizo entender. 

Sonrió. Él no era el único que disfrutaba ello, y cuando Draco llegaba a ese punto se lo recordaba. Contrario a lo que esa negativa voz en su cabeza opinaba, no era violación; era deseado y permitido de ambas partes. Ambos sabían que estaba mal, pero no podían controlar sus sentimientos. El mayor se contenía la mayoría del tiempo, exceptuando en días como aquel, que su hijo estaba en celo, su mujer salía a hacer sus cosas, y el niño iba casi a rastras hacia él, rogando ayuda. Aunque el 'niño' lo era solo en altura, pues era un caso especial de maduración prematura, en cuerpo y mente. Cabe aclarar, su madre no tenía idea. Ambos habían sido criados a la antigua por padres de mentalidad cerrada. Pese a que a él las enseñanzas no le habían hecho tanta mecha, era obvio, a ella sí. Él sabía el motivo, y la comprendía; a ella,  su fría forma de ser, y las demasiadas exigencias que le imponía a su chico. Se debe resaltar, no hay que confundir aquí los términos comprender y aceptar; no lo aceptaba. Lo había dejado en claro en sus muchas discusiones, la mayoría originadas por él.

No era su culpa, ver a su chico llorar por el actuar de su madre, siendo herido por ella, le podía. Y para un Slytherin, decir 'me puede' engloba más hechos que el ser manipulado por alguien para que este reciba de parte de uno mismo lo que desea, engloba sentimientos, actitudes, que no entran en su máscara de fría elegancia. Era muy pequeña la cantidad de emoción y de los comportamientos que se podían permitir ante terceros. 

"Papi..." pidió jadeante, con una mirada de súplica, sacándolo de su ensimismamiento.

Comenzó metiendo su dedo índice en ese agujero, dejándolo quieto hasta que se acostumbró. Entonces, metió el dedo mayor, inmóvil hasta que se dilató lo suficiente como para 'abrir' y 'cerrar' los dedos en 'tijeras'. Merlín, estaba demasiado apretado. Solo imaginarse meter su pene allí provocaba que este se endureciera, parara y agrandara aún más.

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