Los hilos del Karma, son largos y te siguen allá donde vas. Una maldad, puede trastornar el destino entero de una persona, pues esta, nunca dejará de seguirle. En lugar de atacarme, los demonios prefieren sembrar la discordia entre todos los que me rodean, en todo aquello cuanto ame pues lo encuentran divertido. La muerte me ha acechado desde que que nací y hay dos cosas que ni un santo puede evitar, una es nacer y la otra es morir. En ultima estancia y por mucho que luche al final, la muerte triunfara, el cazador matará a su presa; hasta entonces, si me muevo deprisa tengo una oportunidad de cambiar las cosas. Si me muevo con rapidez, tal vez pueda matar a la muerte antes que ella me maté a mi. No hay otra manera si lo que quieres es ser libre.
¿Para que sirve la mente si no es para encontrar La luz, para qué? lo que para unos es real y tangible, para otros es tan solo una ilusión, nuestra alma es tan indivisible como Dios, pero ella nos pertenece. Quedate quieto, busca tu Alma y cuando la encuentres, cógela como un tesoro, pues ella, vale más que todas las coronas del mundo... Quédate quieto, busca... Todo ser santo sabe que el mundo es una ilusión, el dolor, el hambre; todo es una ilusión controlada por la raza humana a través del miedo... Deja que te odien, deja que te amen, al final todo eso hace perder el tiempo.
Deja que el mundo sea tu maestro. No seas tan listo, jamás he visto a nadie llegar al cielo por pensar. El Dharma, o la buena suerte, o como se denomine en el contexto de las diferentes lenguas y culturas, no sirve de nada, a menos que te enseñe a como ser libre. He escuchado a suficientes maestros, he leído las antiguas escrituras, me he bañado en todos los manantiales sagrados, pero no encontré la libertad en ninguno de ellos; el mundo es seductor y es difícil interpretar su verdadera esencia, los deseos son fantasmas que ocultan la cara sonriente de la muerte. Así que sed sabios y no creáis en nada, pues es la única forma de que lo creáis todo. Me di cuenta que vivir en este mundo físico y de palpable apariencia, era como soñar y decidí permanecer mucho más tiempo meditando que en este mundo.
He caminado por templos pobres en Amor, y les he hallado viciados por la obediencia ciega del orgullo de sus sacerdotes y de las presencias demoniacas. Aquel lugar donde las enseñanzas se viran y enseñan a temer al mal, pero no tenemos que temer al mal, pues este no es más que otra faceta del bien, una faceta que nadie quiere ver. El curso del mal siempre se podrá alterar, mientras utilicemos el contacto y la palabra, EL VERBO es poderoso.
Pensé estar en guerra con el peso de mi humana materia, desprecie el mundo y a mi propio cuerpo para no desear, ni anhelar placer terrenal alguno, y es verdad, la vida santa es diferente a la terrenal. Me di cuenta, de que incluso la santidad se había convertido en un alimento para el ego... Ahora aquí, tirado en el suelo, débil, moribundo, tembloroso y consumido; queriendo ser diferente, queriendo tener esperanza, queriendo estar a salvo; todos esos sueños nos adormecen y tras todos ellos se esconde la muerte, se que es desesperanzador el aceptarlo pero hermanos es así.
Me incorpore un poco y me recosté junto a un árbol, sentí que se me iban a partir las piernas, no era como ninguna otra meditación anterior. Me di cuenta de que el Karma no había muerto, y yo tampoco; tenía que pensar el porqué de mi fracaso. Las flores no sonríen, y el aire, el aire tiene una humedad que todo lo envuelve, hay una expresión en blanco y tétrica de la naturaleza, me invade un sentimiento de horror y es tal mi mareo que quisiera vomitar... La luz empieza a apagarse y es casi mediodía, me estoy desvaneciendo, siento la cabeza liviana y un sudor frío recorre mi pecho, estoy perdiendo la conciencia, tengo una sensación de caída permanente... Estoy muriendo.
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Yo, Siddharta Gautama Buda
SpiritualLa vida y el pensamiento de uno de los hombres más espirituales y trascendentales de la historia.