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*TOC, TOC, TOC*

La puerta se abrió, mostrando a una joven de rasgos orientales, cara de sueño y un moño deshecho en lo alto de la cabeza:

- ¿Octavian...? Qué...- él la interrumpió.

- Lo siento, ViVi, pero no hay tiempo para explicaciones. ¿Están tus padres?- la chica negó con la cabeza, y poco a poco fue fijándose en algo cargado a espaldas de su primo. Se llevó una mano a la boca.

- ¿E-Ese es...?

- Hemos viajado por las sombras desde Londres- informó Tavvy, como si fuese lo más normal del mundo-. Está hecho polvo- Olivia se apartó de la puerta para dejarles pasar y miró a ambos lados de la calle. Asegurándose de que nadie los había visto.

- ¿¡Por qué no habéis cogido un avión?!- regañó la muchacha de pelo negro liso, haciendo gestos con las manos. Tavvy le pidió ayuda para llevar a Christian hasta el sofá.
Allí, Olivia le pasó una manta, y el chico de ojos amarillos arropó a su primo dulcemente.

- No había tiempo... Y, mi coche se quedó sin batería- ViVi colocó sus manos en sus caderas. Preocupada era igual que Will.

- Esa no es excusa, Octavian Lance Connor para hacer que tu primo pequeño se deje el alma llevándote por las sombras- protestó, haciendo que el joven bajara la cabeza, asintiendo a su pesar-. Ya sabes cómo se ponía mi padre después de hacerlo. Y, encima cruzando el Atlántico...- negó con la cabeza, totalmente indignada.

- Lo sé, lo sé. No debí permitírselo. Pero, él insistió- se excusó el galés, poniendo ojitos tiernos. Olivia abrió la boca, atónita.

- No me lo puedo creer, Octavian. Te consideraba un adulto responsable y buen ciudadano...

- Lo siento, lo siento. Pero, de verdad necesito tu ayuda, ViVi. Ella bufó.

- ¿Para qué?

- Bueno, debemos llegar al Campamento Mestizo...- comenzó a decir-. Y, eres la mejor conductora de Jeep que conozco- la chica soltó una sonora carcajada y se cruzó de brazos.

- ¿Y, qué sacas tú de todo esto, guapito?- Tavvy perdió su mirada amarilla en el infinito.

- Encontrar a mis hermanos.

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- B-Bueno... Soy hija de Cronos...- Nora se pasó un mechón de pelo tras la oreja.

- ¿El Titán que se comió a sus hijos?- ella rió.

- Ese es Crono, bobo. Cronos es el dios del tiempo...- Kyle asintió suavemente, a lo que Nora volvió a reír.

- Entonces... ¿Puedes viajar en el tiempo?- ella se encogió de hombros.

- Bueno, se supone. Pero, nunca lo he probado...

- ¿Y, eso?- preguntó el rubio, frunciendo el ceño. Ella se sonrojó y apartó la mirada.

- N-No lo sé... ¿Y, si una vez voy ya no puedo volver?- el semidiós le dio la razón.

- Viajar en el tiempo sería increíble...

- Ser tú sería increíble...- suspiró la chica. Kyle la miró, enarcando una ceja y ella abrió los ojos como platos-. ¡Q-Quiero decir...! ¡Tener tus poderes sería genial! Wow. Un hijo de Gabriella...- Kyle Connor rió sin gracia.

- Sí, ya... Lo que de veras estaría bien sería ser normal- admitió, pensativo-. Yo no quiero ser un semidiós. Mucho menos tener poderes mágicos... Sólo quiero vivir en mi agujero, con mi gata y mis libros y...

- Lo siento, Kyle... Tienes razón. Pero, eh- Nora sonrió dulcemente, y sus ojos azules brillaron-. No se sabe. Quizás te guste...- el semidiós sonrió a su vez. Aquella chica era muy dulce y muy guapa.
Durante semanas había encontrado tiempo para escabullirse de cualquier sitio en el que debiera estar sólo para poder conversar con ella.

Era agradable tener amigos...

- Gracias...- susurró, y ella lo miró a los ojos algo sorprendida-. ... Por hablar conmigo. Necesitaba oír alguna palabra agradable...- ella le cogió la mano.

- Claro- aseguró-. No hay problema- ambos rieron suavemente, sonrojados por el sol y el calor del entrenamiento. Cuando se miraron, Kyle se sintió algo perdido. Al fin y al cabo, él era un chico y ella... Era... Una chica. ¡Y, por alguna razón no le era incómodo!

Sin embargo, cuando ella posó su mirada sobre los labios de él y después se inclinó a besarlos, el joven no supo como reaccionar.
No se apartó. Ni hizo ningún aspaviento. Tan sólo se la quedó mirando, con los ojos abiertos mientras ella probaba aquellos dulces labios rosados.

Nora se separó del rubio. Y, al ver su mirada de pasmo, la realidad la golpeó como una bola de demolición.

- Oh, dioses... ¡Perdona! Yo.. Y-Yo, Y-Yo...- Kyle le puso un dedo sobre los labios.

- No... Tranquila. No pasa nada- soltó una risita tonta y se pasó una mano por el pelo rubio, algo confundido-. Ha estado... Bien. ¿N-Nos vemos luego?- ella asintió fervientemente, estando sus mejillas como dos cerezas de rojas.

Kyle se levantó y echó a andar hacia las cabañas, pensando en todo lo que acababa de suceder. Se llevó las yemas de los dedos a los labios, sintiendo allí aún la presión de los de Nora y no supo que sentir...

- Te veo algo atacado, Connor- dijo una voz a sus espaldas-. ¿Ha ido bien la pelea?- el rubio se giró hacia el origen de la voz y vio a James Keith, apoyado contra la puerta de su cabaña, con su chupa de cuero, las botas militares desatadas, un cigarro entre los labios y unas gafas de sol redondas de color rojo.
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- No sé de qué me hablas, Keith- habló el semidiós, tras una larga pausa. James dio una calada al cigarrillo y levantó la barbilla para expulsar el humo por la boca.
Era un chico realmente atractivo...

- Seguro que no- rió, sin dejar de mirar al rubio. Entrecerró los ojos, recorriendo toda la anatomía del chico con sus inquisitivos ojos violetas-. Ven conmigo... Quiero presentarte a alguien

Los Hijos de los ElegidosWhere stories live. Discover now