Capítulo 22

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___________________ guardo silencio. Pensaba con detenimiento que responder. Sus palabras no fluyeron y a cada segundo que transcurría Hoseok se intrigaba por la ausencia de conversación..

—Eso pensé. —la examinó detectando cada minúsculo rasgo de su cara y sonrió. Era bonita. No entendía como había acabado con un pedazo de escoria como Jimin.— ¿Tienes hambre?.

—Un poco...

—Ven al comedor, te serviré algo de lo que traje. —empujó una silla fuera de la mesa y regresó a la cocina.

Volvió con algo de comida rápida y se sentó a su lado. Ella miraba hacia la ventana, no dudaba en que podría estar pensando. Era tan fácil adivinar quien era el protagonista en sus recreaciones mentales.

—Por cierto __________________. —dijo para llamar su atención.— Traje un maleta con pertenencias, pasé a tu casa esta mañana. No había mucho que colocar en ella, ya que el resto sigue en casa de Jimin.

—No tenías que hacerlo, pero gracias.

—No hay de que.

Ella comió con lentitud, no tenía mucha hambre, solo pensaba en Jimin, en lo que él probablemente estaría haciendo. Se reprendía seguido por darle parte de su tiempo en su mente cuando él había causado tanto alboroto emocional.

—¿Y como está Jungkook?. —dijo indispuesta a seguir enfocándose en lo mismo, lo mejor sería cambiar de tema.

—Hablé con él, parece ser que se instaló al otro lado del pueblo, pero no servirá de nada. Jimin es muy astuto.

—¿No lo ayudarás? Él necesita apoyo.

—Ya me encargué de eso, no hay nada mejor que matar dos pájaros de un solo tiro.

—¿A que te refieres con eso?.

—Durante mi intercambio de palabras con Jimin, mencioné acerca de olvidar el asunto de Jungkook. No creo que lo toque.

—Estas tan seguro... Pero no logro entender por que.

—Ya sabrás _________________, todo a su tiempo.

Terminó de comer y volvió para acomodarse en el sofá. Su mirada se hallaba perdida viendo el punto fijo donde el auto de Jimin había desaparecido. Ansiaba saber sus razones de retirada, pero... ¿Y si Hoseok tenía razón y se iba?. Su cabeza era un problema. Pero su corazón era el defecto principal. Sus fuerza ante la lucha de ignorar a Jimin se estaba desvaneciendo a gran rapidez. Casi era vulnerable a la presencia de él. Ya no podía mantenerlo fuera de su cabeza y sentimientos. Algo fluía en ella. Lo mismo que la estaba haciendo perder la paciencia al anticipar la aparición de Jimin.

—Me iré, regresaré en unos momentos. —interrumpió Hoseok ante el revuelo de pensamientos. No sabía que hacer exactamente con ella.

—Claro, yo.. Estaré aquí.

Se marchó al poco tiempo y de todos modos parecía sentir la misma soledad que cuando él estaba presente en casa. Él le había ayudado en muchas cosas, pero aun no confiaba al cien por ciento. Se preguntaba por cuanto tiempo iba a mantenerla allí. Y por otro lado, pensaba en Jimin.

Se puso de pie para ir a la habitación y es ese momento todo dio vueltas a su alrededor. El techo parecía girar en espiral, el suelo temblaba bajo sus pies, sus manos parecían multiplicarse. Cada objeto era visualizado de forma extraña. Hasta que de un momento a otro cayó al suelo. Sin ninguna razón.

Sintió frío. La temperatura de su entorno había descendido considerablemente. Cuando abrió los ojos se percató de que estaba en la habitación de su nueva residencia. Se sentó y alzó la mirada para encontrarse con el rostro del hombre que mas anhelaba frente a sus ojos. Debía estar alucinando. Jimin no podía estar allí. ¿Como era eso posible?.

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