12. Antojos

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Di un gran bostezo al sentir el sol rostizando mi cara como si fuera una salchicha. Bufe fastidiado y Hundi más mi cara en lo que pensé era mi almohada.

Pero que equivocado estaba...

-Buenos días piccolo

Un escalofrío me recorrió la espalda, cuando mire hacia arriba hay estaba Francesco observando me con una Sonrisa burlona y perversa.

-H-hola

Juro por Dios que cuando intente levantarme una punzada me dio en la cadera y la espalda baja, haciéndome caer sobre Francesco.

-¿Quieres una segunda ronda bambino?

-¡N-no!

Como pude me acomodé quedando sentado en la barriga de Francesco, y apenas noto que estoy desnudo y el tambien.

Puta vida.

-¡¿Q-que mierda paso?!

-¿No lo recuerdas?

Note en su voz un tono apagado, como ¿decepcionado? Mordí mi labio inferior y desvíe la mirada de la suya.

-Solo recuerdo un besó, luego todo se pone negro

-Bueno, paso que tu y yo tuvimos sexo, ¿quieres una muestra gráfica? Por Francesco no habrá problema

-¡N-no seas idiota!

Y de nuevo cuando intente levantarme me caí a diferencia de que me fui de jeta y le di al piso el beso de buenos días.

-¡Tu! ¡Me cargas y me llevas a la cocina maldito animal!

-Ya que lo pides con ese amor

Francesco se puso de pié y busco sus bóxer. Pero siento que algo me falta... Así ¡Mi estúpida ropa! Me arrastré hasta la pila de ropa que parece no ser mía, Tomé la primera camiseta que encontré, y mi nariz se vio atacada por la exagerada -pero rica- cantidad de colonia que estaba en la camisa, la olí un poco olvidándome por completo de que estaba con mi, Violador-CompañeroDePiso-FuturaVictimaCastrada. Hasta que su pendeja risa me saco del trance que yo sólito me hice.

-Veo que te gusta la colonia de Francesco ¿no angelo?

-Huele muy rico

Y como si fuera esas fan Girls locas que se meten hasta por la poseta de su ídolo, me aferre a esa camisa como si mi vida se fuera en ello, Francesco me cargo y salió de mi cuarto, mientras yo tenía mi nariz clavada en su camisa -como que me la robo- al llegar a la cocina me sentó en la barra y me miro de reojo.

-¿Que?

-Tengo ganas de comerte, ¿me dejas?

-T-tal vez en un mes ¿si?

Maldito ninfomano.

-Pero Francesco te quiere ahora

-Pero yo tengo antojó de comida y no sexo ¿capichi?

Me baje -con un dolor en el alma- y fui cojeando hasta la nevera donde saque lo que vendría hacer mi desayuno.

-¿Los doritos congelados no hacen daño?

-Hacen daño, cuando se los comen haci

Agarré el queso amarillo y lo tire a la bolsa, junto a unos pedazos de jamón y lo que -a mi parecer- eran hongos, caminé hasta el microondas y tire los doritos hay dejándole por tres minutos.

-Amore, ¿puedo preguntarte algo?

-Ya lo estas haciendo

-Piccolo hablo en serio

-¡Y yo también! No sabes lo obstinante que se vuelve responder

-Mcqueen

-Bien habla

-Mi Mamma esta en caminó

Momento... ¿Mamma? ¡Vamos recapacita cerebro! Hace un mes estudiaste italiano, ¿como era que decía ese viejo calvo? ¡Haci!... Nunca aprenderás italiano estúpido, ¡mierda!.

-¿Mamma?

-Es mamá en italiano amore, tal vez luego te enseñe italiano

-¿Con el método de enseñanza que me quisiste dar ayer? No gracias

-Hay bambino, haci sea a gemidos pero de que te hago hablar italiano lo hago

-Suerte con eso

Bufe un poco y abrí el microondas sacando mi desayuno, que por cierto me quedo sabroso, ¿quien diría que unos doritos que tomaron color verde sabrían tan ricos? Exacto, nadie, por que nadie los creó, excepto yo por supuesto.

-Mcqueen, esa mierda se mueve

-Shh calla déjame comer

-¡Pero los doritos se están moviendo coño e la madre!

Y así, como si yo fuera una maldita princesa me cargo y voto MIS doritos al maldito piso pisandolos.

No se porque, pero como que una parte de mi se fue con esos doritos.

-¡No mis hijos! ¡¿Porque Francesco porque?! ¿Que coño te hice para que me hagas sufrir de esta manera?

-He pues...

-¡Calla! ¡Si es por lo del sexo no tenias que ser tan maldito! Mataste a mis bebes mi razón de vivir

Se que muchas dirán, que soy un exagerado, pero no. Solo haci consigo lo que quiero, y si debe ser a costa de mi trasero que más da, prefiero darle culo y que luego me de mi comida.

-Te odió Bernoulli

-Oh amore no digas éso

Y como lo predije Francesco me sentó en la barra, husmeo unas gabetas y saco una bolsa de doritos la cual me entregó.

Comencé a comerla como si no hubiera comido en años, pero ñe. Me dieron antojos.

Momento... Antojos ¡a no eso ni de puta madre! Me va tocar llamar a wirt y preguntarle, dudo estar en cinta pero prefiero prevenir que lamentar.

Y si mis sospechas son ciertas, pobrecito Francesco.

Mejor dicho; los huevos de Francesco Bernoulli.

¡¡Maldito Italiano!! |FrancescoxMcqueen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora