Era una tarde bastante fría, el moreno sintió un ligero tirón en su entrepierna, le costaba trabajo creer que algo así había salido de la boca de esa niña, todo lo que sucedía en torno a ella lo tenía impresionado y, claro, desconcertado pero ahora, ahora todo era diferente, había tomado la determinación de dejar de hacerle caso pero se vio a sí mismo no poder hacerlo, sintió algo de rabia por no poder controlarse.
Estaba más ansioso que nunca por verla, quería ver cuán descarada podría llegar a ser, o que tanto podía ocultar la vergüenza, se le pasó por la mente que la muchacha no iría, pero él se encargaría de ir a buscarla donde fuese.
(...)
Las horas pasaron más rápido de lo que la azabache hubiese deseado, aún no sabía qué rayos hacer, estaba tumbada en la cama sin mover un músculo.
—¡Por dios, Kagome, ya me tienes harta!— alegaba su amiga que trataba de convencerla desde hace mucho que no era tan terrible lo sucedido— escucha, sólo has hecho el juego más interesante ¿Entiendes?— comentó en tono sugerente.
—Claro que no te entiendo— soltó un pesado suspiro— ¿Es qué no ves la vergüenza que acabó de pasar? Definitivamente no iré y tampoco le hablaré nunca más — enterró su cara en uno de sus cojines.
—No seas idiota, Kagome — dijo ya bastante molesta su amiga — has estado enamorada de ese imbécil desde siempre y ahora que él te está prestando semejante atención, decides huir como cobarde...
—Pero, Kagura, él es Bankotsu, yo dije esas cosas porque no sabía que algo así pasaría, y yo...bueno...yo soy yo solamente, insípida, virgen inexperta, que recién a mis dieciséis di mi primer beso, yo so-
—Kagome, te prohíbo que hables así de ti misma, eres bellísima y Bankotsu se fijó en ti, te dio tu primer beso, te habla de esa manera y lo más importate, es que no desmintió lo de su noviazgo— Kagome al fin se levantó de la cama al escuchar eso— ves, ¿te das cuenta?, Bankotsu jamás ha tenido una novia y tu eres la primera, aunque sea mentira. Se tomó la molestia de no desmentirlo, eso es mucho más de lo que hubieses podido imaginar.
La chica se quedó pensando en eso, y cayó en cuenta que el moreno le estaba dedicando bastante atención que no había negado que eran novios y la había cuidado, además se había puesto celoso de Koga, y llegó a la conclusión que tal vez él quería jugar con ella y hasta podía aceptarlo conociéndolo, pero eso no quería decir que le fuera indiferente y entonces una pequeña sonrisa se forjó en sus labios. El juego no acabaría con ella, porque tomaría las riendas de el.
—Creo que tienes algo de razón, amiga— dijo después de algunos minutos en que Kagura sólo la observaba. —Creo que he llegado más lejos con él de lo que nunca en mi vida me imaginé.
—¡Al fin!— exclamó algo harta ya— aprovecha esto, Kag, y deja de pensar en esas cursilerías del amor y vive esto, el próximo año él ya no estará.
—Sí, porque yo sé bien como es él, sé perfectamente que es un baja bragas y que ha estado con muchas chicas y que obviamente no busca nada serio, pero conmigo ha actuado diferente, lo que lógicamente no quiere decir que este enamorado o algo así — dijo con voz queda — pero, jamás en mis sueños más locos hubiese pensado que estaría viviendo esto precisamente con él, y si...y si tengo la oportunidad de perder la virginidad con él, lo haré...
—¡Así se habla! No le hagas caso a la mojigata de Sango...aunque sería mejor que no le comentes esto — agregó con algo de temor.
La azabache se quedó meditando unos minutos en las palabras que acababan de salir de su boca como si al escucharlas en voz alta le dieran otro significado, al oírse decir su propia decisión, provocó que se convenciera definitivamente, no daría un paso al costado, seguiría con el juego hasta el final, era esto lo que ella siempre soñó, tal vez de una forma romántica, pero se dijo a sí misma, que eso eran expectativas irreales, y bastante infantiles conociendo la forma de ser del moreno, por lo que sonrío ligeramente a su amiga, que la miró con orgullo.
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¿Amor platónico?
FanfictionKagome está enamorada, sí, enamorada, y desde hace bastante tiempo, y del mismo chico, pese a las advertencias de sus mejores amigas, ella no puede quitárselo de la cabeza, y no es ni más ni menos que el típico chico malo que va en unos cursos más q...