Capítulo 2

5.9K 326 2
                                    

¿Conoces esa sensación de saber que la has cagado terriblemente y tienes ganas de matarte dolorosa y lentamente para castigarte?

Abrí los ojos lentamente y cubrí un bostezo con mi mano.

En cuanto enfoqué mi vista me topé con un techo desconocido, muy alto y de un pulcro color blanco. Instantáneamente supe que no estaba en mi habitación, porque el mío estaba cubierto de estrellitas y una luna que brillaban en la oscuridad.

Y claro, como ignorar el peso de un brazo rodeando mi cintura de forma posesiva y el cálido cuerpo pegado a mi espalda.

Mi primer instinto fue pensar en que me había enrollado con algún stripper. Seguramente las cosas se habían calentado un poco y habíamos trasladado la fiesta a su departamento.

Pero tan grato y probable como eso sonaba, los recuerdos de la noche anterior vinieron a mí, llevándome a enterrar la cara en la suave almohada, en un intento por ahogarme.

¿Cómo... ¿En qué momento había decidido que acostarme con Alex sería una buena idea?

Si es que era estúpida no, lo siguiente.

¡¿Cómo pude haber caído?!

Todo era culpa de él. ¿Por qué tenía que estar tan bueno, y además, abrirme la puerta con únicamente una pequeña toalla?

No, no, no. ¿Qué hiciste, idiota?

Me giré lentamente, encontrándome con el rostro dormido de Alex, el cual lucia más vulnerable y suave de lo que nunca lo había visto.

Sin poder evitarlo, rememoré la noche anterior.

Para que mentir, él había estado genial en todas las maneras posibles y me había hecho sentir mejor que cualquier hombre con el que hubiera estado.

Sus besos, su toque, sus manos por mi cuerpo... de solo recordarlo, mi vello se erizaba y mi corazón se aceleraba.

No me gustaba lo que su recuerdo me hacía. Ni tampoco me gustaba lo mucho que deseaba repetir.

Pero mucho menos... me hacía sentir vulnerable pensar en todas esas cosas.

Había estado con muchos hombres durante mi corta vida, para qué negarlo. Pero ninguno nunca me había hecho considerar la idea de repetir.

De solo pensar en que quizá... me gustara un poco, me hacía querer golpearlo con una almohada en el rostro por hacerme esto y deshacer esa adorable expresión en su rostro.

Su asquerosamente guapo y masculino rostro.

Tratando de ser lo más cuidadosa posible me zafé de su agarre alrededor de mi cintura y me levanté de la cama, rogándole a quien fuera que estuviera escuchando mis plegarias para que no se despertara. No quería, por nada del mundo, tener que lidiar con la incómoda conversación que antecede a una noche de sexo.

Me paseé de puntillas por la gran habitación, buscando desesperadamente mi ropa interior y mi vestido, sin saber muy bien donde buscar. La noche anterior estaba demasiado... ocupada como para pararme a pensar donde iba perdiendo cada prenda.

Terminé encontrando mi sujetador al lado de la puerta del baño y mi vestido en la sala de estar. De mis bragas no había rastro alguno, lo que era un problema, porque mi vestido no era el más largo del mundo.

Me rendí luego de diez minutos de buscar, optando por cogerle un bóxer a Alex.

De solo pensar en donde había estado... las partes de su cuerpo que ese pequeño trozo de tela había tocado... mi cuerpo se calentaba.

Equal Halves. MADLY IN LOVE #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora