XXV

416 29 74
                                    

—¿Qué?—moví mis cejas mirándolo.

—N-o traes ro-pa interior—me miró.

—Ahorra tiempo a la hora de follarte.

Río levemente y me sacó los jeans quedando ambos desnudos.

Retomó su antigua posición besándonos con humedad.

Mis manos comenzaron a amasar su hermoso culo mientras ambos moviamos nuestras caderas creando una fricción exquisita desbocando incontables gemidos.

Bajó sus labios por mi cuello, besando y chupando tan jodidamente bien hasta llegar a mi pezón derecho. Lo tomó con su boca y comenzó a succionar.

—¡A...h!— arquee mi espalda.

¡Mierda! Se sentía tan bien. Todo lo que él le hacía a mi cuerpo era tan placentero. Era como si supiese mis puntos más sensibles.

Lentamente liberó mi pezón jalandolo un poco con los dientes.

—¡O-h!—gemí.

Hizo lo mismo con el otro mientras mi cuerpo reaccionaba ante sus toques.

Cuando acabo, subió a mis labios besandolos humedamente, metiendo sin permiso su esponjosa lengua.

Comenzó a mover mas rápido sus caderas haciendo rozar nuestras erecciones, le di una nalgada juguetona y sonrió en el beso.

—¡Joder! Deseo follarte. Lo necesito—hablé durante el beso.

Separó nuestros labios mirándome expectante.

—Auque no lo quiera aceptar...también ne-cesito que... me folles.

Sonreí ante su confesión y lo acerque a mis labios.

—Ya lo sabía, cariño —pasé la lengua por ellos.

Con gran habilidad giramos en la cama teniendo cuidado para no caer por unos de los extremos.

Habíamos invertido las posiciones quedando él debajo de mi, la posición perfecta para por fin follarlo a más no poder.

Acomodé mis manos a cada lado de su cabeza, me las arregle para por fin quedar incado entre sus piernas.

Junté nuestras frentes mirándonos  por unos segundos.

Sus ojos habían cambiando un poco, ahora eran de un azul más oscuro pero igual de hermoso.

Nos manteníamos la mirada mientras disfrutábamos el momento.

Cerré los ojos unos segundos y aspiré profundo. Sentía algo en mi cuerpo, algo que no podía explicar, pero se sentía tan bien, tan placentero sin caer en lo sexual.

Tan...pacífico.

Abrí mis ojos dándole un casto beso en los labios.

—Te voy a follar, cariño —sonreí.

Abrí más sus piernas y se aferro a mi espalda.

Fue ahí cuando me di cuenta que algo me faltaba.

¡Mierda!

¿Como podía haber sido tan estúpido?

Bufé.

—¿Que pa-sa?

¡Joder!

Me di un zape mentalmente.

—No tengo condones —me incorpore totalmente.

Eso era algo tan vergonzoso para mí.

Casi siempre cargaba condones y justamente hoy, hoy cuando iba a follarme a Louis los había olvidado.

69 All day and all night <L.S.>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora