XIII

573 56 27
                                    

N/A:

PONGAN EL VÍDEO CUANDO EMPIECE EL SMUT , USEN AUDÍFONOS


— No sé porque te has alterado tanto por una simple llamada — susurró.

—Es complicado — me relajé.

Al parecer pudo notar algo de incomodidad de mi parte por ese tema y decidió cortarlo.

De acuerdo...esto era algo raro.

—Me sorprende tu Mustang —dío un vistazo a todo el interior—. Es el mismo que tengo, sólo que el mío es color negro. Regalo de dieciséis años.

Alcé las cejas.

¿Qué?... ¿Qué? ¿Quién en su sano juicio le regalaría un Mustang a un niño de dieciséis años?

—A mí me lo regalaron cuando me gradué de la Universidad, sólo había en color rojo —me quejé.

Harry sonrió, lo que automáticamente instaló una sonrisa en mi rostro. La atención estaba absorta en las facciones del otro.

¡Sus hoyuelos eran hermosos!

-—¿Cómo conseguiste mi número?—fruncí el ceño saliendo del diminuto trance.

Soltó una risita y llevó sus manos hacia mi cuello.

—Lo saqué de tu expediente en la oficina de Elizabeth.

Alcé las cejas.

—Alerta de acosador.

—Tenía que contactarte por lo que me debes Louis William Tomlinson Lewis —movió las cejas—. ¡Joder! Qué nombre tan excitante.

¡Diablos! ¡No lo había olvidado!...Bueno, ¿A quién se le olvidaría algo así?...

¡Mi nombre era excitante!..¡Wow!

—Sé lo que te debo —suspiré.

Sonrió acercándose a mí rostro.

—¿Ah sí? Quiero oírlo de tu boca, cariño —comenzó a besar mi cuello.

El vello de todo mi cuerpo se erizó con tan sólo su toque y una jodida corriente eléctrica me hizo temblar un poco.
Llevé mis manos a sus hermosos rizos tirando de ellos suavemente.

¡Mierda! Qué bien se sentía.

—Una... ma-mada.

Detuvo sus besos y nos mantuvimos la mirada.

Bajó sus manos hacia el punto de unión de mis piernas. Apretó suavemente y fue inevitable soltar un gemido.

De un momento a otro sentía un fuerte calor recorriendo todo mi ser, el cual se habia intensificado cuando comenzó a masajear la zona con ambas manos obligándola a crecer.

— ¡Oh! —gemí.

Mis manos bajaron aferrándose a sus muslos.
Tornaba la situación tan malditamente caliente. Me miraba tan atento como si quisiera grabarse mis reacciones en su mente.

No podría detener esto. Estaba tan extasiado por lo que sus manos me otorgaban.
Eché mi cabeza hacia atrás cerrando los ojos y mordiendo mi labio inferior.

Podía sentir como se iba creando un bulto.

Desabotonó mis jeans y como pudo se hinco en el espacio de enfrente a mí, donde se encontraban los pedales.
Me saco los zapatos seguido de los calcetines. Comenzó a bajar mis jeans, obligándome a moverme un poco para que pudiera bajarlos hasta las rodillas y finalmente sacarlos.

69 All day and all night <L.S.>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora