69 All day and all night <L.S.>

XVIII

Estaba sentado en la cafetería de la escuela con mis amigos.

Ambos del otro lado de la mesa, quedando enfrente de mi.
Era la última hora y habíamos decidido ausentarnos de esa aburrida clase de Química.

Sinceramente no podía pensar en otra cosa que no fueran las palabras y las acciones de Louis:

Me había mandado a detención.

Me había puesto un alto.

Se había atrevido a ponerme un alto. A mi. A Harry Styles.

¡Eso NUNCA!

Debía seguir con mi comportamiento habitual hacia él. No me importaba incumplir el trato que habíamos hecho anteriormente.

¡Mierda! ¡Era Louis! ¡Todo valía la pena si iba a estar entre sus sabanas nuevamente!

—Harry, ¿En qué piensas? — habló Niall interrumpiendo mis pensamientos.

Suspiré frustrado.

—Siendo sincero, pienso en Louis—miré a mis amigos.

Ambos abrieron los ojos de golpe para después mirarse entre si.

—¿Qué sucede bro?— me miró Zayn.

—No lo sé. Son varías cosas—moví mis hombros.

Niall me hizo señas para que siguiera hablando.

—En primera, ya fui a la cama con él—sonreí mostrando mis hoyuelos.

Mi moreno amigo negó divertido mientras que el rubio alzó las cejas antes de hablar.

—¡Wow! Esa no me la esperaba.

Ensanché mi sonrisa.

—Ya sabía que pasaría —alardeó el moreno.

Hubo unos segundos de silencio en los que ambos me miraban inquisitivos.

—Entonces...¿Qué sucede ahora?

—Ni yo mismo lo se Niall...

Dío un largo suspiro para después hablar.

—Creo que esto se esta complicando.

—Claro que no— negué —. Sólo debo pensar en algo.

¿Que tendría que hacer? Ni yo mismo lo sabía y la pregunta obligada era: ¿Para qué? Tampoco lo sabía.

¡Mierda!

Solo tenía algo claro, y, eso era Louis Tomlinson.

Quería seguir provando su boca.
Mandaría a la mierda cumplir con mi parte del trato sólo para que sus paredes me apretaran  una vez más.

¡Joder! Con tan solo recordar aquel momento me comenzaba a calentar.

¡Ese hombre estaba tan bueno!
¡Valga suerte!

—Entonces, ¿Que harás Styles?

—No lo sé. Por lo pronto librarme de la jodida detención—toqué mi barbilla.

—De acuerdo, suerte con eso. Has lo que tengas que hacer, sólo no llegues tarde a la fiesta de hoy.

—Nunca me perdería una fiesta en tu casa, Malik—fingí tristeza.

Zayn sonrió.

—Ya lo sé, bro—movió los hombros.

El timbre sonó anunciando la culminación de las clases.

—Es mi momento —guiñé mi ojo.

Me puse de pie tomando mi mochila que reposaba a un lado.

—Los veo al rato.