Justin.
—Hazme el amor—dijo, entre besos y con la respiración agitada. La mire a los ojos separándome de sus labios, y en ese momento me di cuenta que estaba completamente enamorado de esta mujer, y ella estaba aquí pidiéndome que la hiciera mía, ¿cómo se supone que un hombre se resiste a una propuesta así?
No respondí nada, sin más tiempo que perder, baje mis manos a su espalda y lentamente a su trasero, la hice levantarse un poco de manera que tuvo que rodear sus piernas en mi cintura, la bese nuevamente... lento, suave. Sí esta era la última noche juntos tenía que demostrarle qué la amaba; con cada beso, y caricia que le diera.
Como pude, cerré la puerta a mi espalda y me dirigí a su habitación dándome algunos tropezones con varios muebles pero finalmente llegamos.
La coloqué en la cama y la mire desde arriba, Dios era preciosa, y era solo mía, ¿aún era mía? ¿Después de casarme sería mía?
La besé de nuevo y me deshice de la playera que estorbaba entre su cuerpo y el mío, quería tocar su piel y que eso la hiciera estremecer, deje un camino de besos por todo su cuello, con pequeños mordiscos y chupetes de vez en cuanto, mire con detenimiento el bonito sostén de encaje que adornaba su pecho, la besé por encima de esa prenda mientras sentía como se retorcía debajo de mí, seguí por su abdomen hasta llegar a sus vaqueros, los quité con lentitud haciendo que ella levantará su cadera para poder quitarlos con más facilidad, me levanté un poco y la miré nuevamente... era perfecta, su cuerpo su abdomen, su rostro, sus labios... sus deseosos labios.
Me tomó por sorpresa sentándose a horcajadas sobre mí, me hizo soltar una risita haciendo que ella la siguiera. Y era el momento en que pensaba por enésima vez que quería quedarme con ella... por siempre a su lado, por el resto de mis días. Se deshizo de mi ropa y yo termine de desnudarla también.
—Te amo—me susurró, y sentí que aquella frase me encogía el corazón.
—Y yo te amo a ti, cariño. —la besé, no quería hablar, solo quería sentirla a mi lado por más tiempo.
La coloqué debajo de mí, me incline para besar sus pechos, una de mis manos estaba sobre uno de ellos mientras mi boca se encarga del otro.
Ella gimió, luego invertí las posiciones, mientras acerqué, -mi ya erecto- miembro cerca de su sexo. Le di un mordisco a su pezón y entre en ella suavemente, y su boca hizo una perfecta "o", su espalda se arqueó y ahora mi boca estaba sobre la suya y mis manos estaban inmovilizando las suyas por enésima de su cabeza, entrelazándolas mientras entraba y salía de ella con suavidad aumentando la velocidad con cada envestida, ella gimió sobre mí boca.
Esto era el jodido el cielo. Movió sus caderas y sus uñas se enterraron en una de mis manos, mordió mi labio. Otro ágil movimiento y ahora ella estaba sobre mí, posó sus manos sobre mi pecho y empezó a moverse haciendo círculos sobre mí, iba a correrme en cuestión de segundos, quería hacerlo, pero no sin antes asegurarme de que ella tuviera el suyo, puse mis manos en sus caderas indicándole a donde moverse, moví mis caderas de acuerdo al ritmo que ella estaba llevando, ambos aumentamos el ritmo de los movimientos y los dos estábamos gimiendo, se inclino para besarme y yo aproveche para capturar su pecho entre mis manos, sentí su orgasmo venir, no dejaba de moverse, sus piernas temblaron, mordió su labio y explotó en un orgasmo, y yo le seguí, ella cayendo rendida sobre mi pecho, aun sin salir de mí.