Un bien común siempre es mejor

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Kristoff intentaba que todos se calmen pero por más que gritaba no podía controlarlos, eran insoportables tenía ganas de gritar que se callaran, realmente eran insoportables pero tenía que aguantarlos, por ella, por su reina.

Cuando se decidió que iba a caminar por el lugar, se levanta y ve en la apertura del cubo una sombra que arrastraba baúles, tenía tres alado de la apertura y traía el cuarto cuando lo puso al frente de los otros tres fue a ver un siguiente, una vez que lo trajo empezó a buscar a alguien.

Jiménez buscaba al famoso Kristoff, pero no sabía quien era así que supuso que tenía que ser alguien famoso, alguien con mucho poder, alguien parecido a un rey pero ahí solo habían campesinos asustados y un campesino con traje de consejero.

Jiménez lo único que pudo hacer es sacar su arma vieja y oxidada, apuntó a un lugar oscuro que parecía que era una puerta pero con tanta oscuridad iluminada apenas con unas velas pequeñas, no estaba seguro de nada todo lo que quería era no matar a nadie.

Disparó, al parecer en la oscuridad había una estatua mientras los pedazos salían volando la gente se quedo atónita y temblaba como gelatina -busco a un tal Kristoff- soltó un grito amenazador, después de unos segundos el consejero le respondió con la misma fuerza de grito -aquí me tienes, deja a esta gente en paz- Jiménez guardó su arma en el lado derecho donde estaba el estuche del arma.

Kristoff ordeno que el pirata con unos kilos demás, barba llena de dijes y trenzas con pepitas de colores, de tez canela que tal vez no tiene más de cuarenta, con ojos cafés como el de su cabello, pase hasta donde estaba él.

Jiménez caminó como si fuera el rey del mundo, y no le quedaba de otra si quería que estos campesinos lo respetarán -la reina me ordenó llenar los baúles que están afuera, con oro- le dijo cuando se acerco a el consejero. Para qué Elsa iba a ordenar algo estúpido como eso? No tenía sentido -por que haría ?- le contesto Kristoff altanero -porque quieres que se acabe el ataque pirata- respondió Jiménez acercándose a él.

A Kristoff se le abrieron los ojos como platos pero no dijo nada no podría creer la astucia con la que Elsa había manejado la situación, cinco baúles llenos de oro pero lo que realmente preocupaba a Kristoff era, ¿Quien habría sido el capitán para sólo aceptar cinco baúles y dejar una ciudad llena de oro?

¿Realmente le habían pedido a Elsa los cinco baúles llenos de oro? ¿O sólo era parte del trato? Todas estas preguntas lo estaban matando tenía miedo de que Elsa se le haya ocurrido la brillante idea de entregar algo más... Jiménez esperaba que Kristoff reaccionara -si claro, coge lo que quieras y si aún te falta me avisas- dijo Kristoff mientras Jiménez salía de la estancia.

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Elsa después de que desapareciera Hans de la misma forma que había aparecido, de la nada. Ella comenzó a dudar sobre lo que había hecho y como Anna reaccionaria si le decía que ella misma la había entregado a aquel imbécil que había roto su corazón pero era por el bien de todos aveces hay que sacrificarse, ella entenderá de eso estaba segura.

Subió los últimos escalones y corrió hasta su habitación ahí Anna la esperaba sentada sobre el borde de la cama viendo a lo que quedaba de la ciudad, Anna con ese vestido y con su mismo peinado se parecía a la antigua Elsa, la que no salía de su habitación por miedo, por miedo a congelar el mundo con solo tocarlo pero Anna la había ayudado a superarse y ser lo que era ahora.

Anna giró su cabeza y la vio sin ninguna expresión simplemente se levantó y dijo cortantemente -congela el vestido- Elsa con una sonrisa en el rostro corrió pocos centímetros hasta ella para darle un fuerte -perdóname por favor, yo lo amo- lloraba Elsa -pero también te amo a ti, por favor hermana- se arrodillo pidiendo perdón, Anna sonrió mientras le corrían lágrimas.

-tu sabes que te quiero hermana, pero por que fue Kristoff justo él- pregunto Anna, ella no estaba molesta simplemente quería saber que los había unido, después de pensar se dio cuenta que los quería de vuelta.

Durante el tiempo que había estado sola en la habitación solo quería que se hermana vuelva a ser su hermana, Kristoff puede pasar a segundo plano, realmente no lo quería demasiado pero si le importo antes, ahora ya no.

Elsa limpiándose las lágrimas vio que en sus manos tenía el cofre, dudo unos segundos y lo comenzó a llenarlo con joyas, Anna confundida pregunto que sucedía, Elsa le contó acerca del trato con Hans pero no menciono dos cosas, el hecho de que había sido Hans el que le había hecho la propuesta y el real motivo.

Anna creyó ilusamente que sería entregada a un pirata que lo único que quería era dinero a cambio de que no la tocara, Elsa se sintió mal por mentirle así pero hay veces en que la mentira es mejor que decir la verdad.

Un bien común siempre es mejor que el bien personal y eso era algo que Anna no sabía y por lo tanto no sabía gobernar por lo tanto es mejor para todo Arandelle que ella desapareciera por un rato.

Frozen: Libre seré (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora