La única regla

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Habían pasado semanas desde que Carlotta había dejado su reino, aveces soñaba sobre las veces en que ella, su madre y sus demás hermanas tejían o con los músicos que tocaban hermosas melodías para la familia y su corte.

La corte estaba compuesta por primos de la familia real, casa menores que descienden de la familia real, por eso las reuniones de la familia real y su corte eran tan amenas, por que siempre disfrutaban en familia, era muy divertido la verdad.

Otras veces soñaba con su amado hermano Giovanni, Carlotta lo extrañaba más que a todos incluso que a su madre, pero él mismo había ejecutado el plan para que Carlotta huya del reino, no sabe como esta su hermano pero ojalá y este bien.

Ya habían pasado semanas desde que Carlotta había huido de casa, aún en todo ese tiempo no se acostumbraba a la gente que había en ese barco, peor aún había visto a Hans, la última vez que lo vio fue el día en que le entregó la carta de su padre.

En el barco habían toda clase de gente repudiada por la sociedad: piratas,marineros errantes, magos, alquimistas, brujas, y prostitutas; que hacían las veces de friega pisos, lavanderas, e incluso de cocineras.

Carlotta solía apoyarse en la borda, mirar al océano hasta que anochezca y otras veces se limitaba a pensar en su amado hermano Giovanni.

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En la reducida corte de cinco personas que tenía Hans, siempre a su alrededor se encontraban: el único alquimista que había logrado su cometido; transformar el metal en oro pero su esposa una bruja que había alcanzado un nivel bastante peligroso en hechicería habría contribuido al logro de su marido.

Zahara y Rigoberto, eran muy inteligentes y muy poderosos en el arte de la brujería y la alquimia; en su corte también se incluían dos piratas llamados Joel y Feliciano, más conocidos como ojo de sirena y el folla pescados, el último miembro de su corte era una marinera errante Geneviève que había matado a su capitán por que el capitán quería acostarse con ella.

A Joel le dicen ojo de sirena por que era hijo de una sirena y también por que podía resistir horas de horas bajo el agua salada del océano, sin contar el hecho de que el podía nadar hasta lo más profundo del océano sin que se muera por la presión. Su amigo Feliciano le decían folla sirenas por que con las únicas mujeres que se había acostado eran sirenas.

Hans siempre escuchaba lo que tenía que decir cada uno, pero lo único que le interesaba de ellos eran sus dones súper naturales, que hacía de su embarcación la más peligrosa de toda la isla Tortuga, sin contar el hecho de que ellos eran los únicos que lograban ir y venir del mar de lo desconocido, sin tener un rasguño, gracias a los hechizos de protección que las brujas hacían.

La mayoría de los marineros rechazan rotundamente la brujería, ellos al principio hubieran terminado ahogados, pero las brujas le pidieron a Hans los cuerpos con vida de los marineros rebeldes, ya que querían avanzar su nivel de brujería; Hans accedió a esta petición sin saber que los pobres hasta el día de hoy están siendo torturados en donde antes estaban las mazmorras del barco.

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Anna al principio contemplaba con horror las constantes escenas de brujería que hacían las brujas para ganarse un ascenso con el capitán y así poder ganar más de dos monedas de oro pero las finanzas de Hans iban de maravilla, hasta sé podría decir que tenía más dinero que otros reinos combinados.

Anna suele quedarse en el camarote esperando a Hans cuando le de la gana de volver y constantemente coquetear con ella, pero el príncipe de las islas del sur no ha llegado a sus camarote como de costumbre, así que Anna se preocupó y rompió la única regla que Hans le había ordenado.

-No salgas del camarote por nada del mundo- le había dicho pero nunca había estado tan preocupada, Anna creía fielmente que las brujas se habían comido a Hans en un descuido.

Tomó una caperuza verde claro, se armo de valor y emprendió la búsqueda de su ama... «Amigo, de su amigo» pensó mientras se aclaraba la garganta «sólo somos amigos, nada más» respiro hondo y continuó su búsqueda.

En el camino se encontró con toda clase de horrores que cualquier persona digna y piadosa hubiera querido jamás haber presenciado; actos de invocación a seres del mismo infierno, las prostitutas tenían relaciones sexuales con los piratas al mismo tiempo que limpiaban la proa.

En la borda había una chica mayor que ella, su cabellera era pelirroja y su parecido con Hans era increíblemente asombroso, de hecho parecían hermanos -¿cómo te llamas- preguntó finalmente -soy la princesa Carlotta de las islas del sur- respondió con un aire de solemnidad -¿y tú, acaso eres una prostituta?- preguntó con curiosidad, pero una se ofendió -¿qué clase de irrespetuosos son en el sur? soy la princesa de Arendelle, soy Anna- respondió con más soberbia que Carlotta.

Carlotta no podía creer lo que le había dicho a la verdadera heredera de Arendelle -su majestad,perdone mi impertinencia- y de inmediato hizo una reverencia -¿porqué me dice alteza? Yo no soy la reina, es mi hermana mayor- se sorprendió Anna, -alteza, ¿acaso no sabe la verdad?- Carlotta preguntó sorprendida.

Es mejor que vayamos a un lugar seguro, majestad- sugirió Carlotta -si quieres, pero sólo dime Anna- sugirió la princesa. Caminaron de regreso al camarote donde la princesa Carlotta abrió la botella de vino que su padre había enviado a Hans por su cumpleaños hace unos años atrás.

Carlotta le contó a Anna el plan de Hans, cuando atacaron Arendelle, que Elsa la había vendido a cambio del reino, y que en realidad a ella le correspondía reinar. Anna no podía creer lo que oía pero a ella nunca le importó la corona, ella le importaba su hermana, y esta la traiciono a cambio de un título.

Anna por el despecho se pasó de copas con su ahora amiga Carlotta -venganza! Quiero venganza con la estúpida de mi hermana! Jajaja- gritaba Anna a todo pulmón, Carlotta solo sonreía -lo que quiera su majestad, la verdadera heredera de Arendelle- respondía Carlotta.

Entre tanto Hans abrió la puerta de su camarote esperando encontrar a una Anna dormida de tanto esperarlo pero tan sólo encontró dos mujeres ebrias de un vino que nunca bebería, -¿qué le has hecho Carlotta, acaso estas loca? Largate de aquí!- gritó Hans mientras botaba a su hermana.

Mientras recogía a Anna, y la intentaba llevar a la cama, Anna comenzó a besarle el cuello, luego se encontraron cara a cara, Anna intentó besarlo pero Hans se hizo para atrás, -yo te amaba, pero al igual que mi hermana me cambio por un título- Hans se quedo atónito al escuchar eso, pero supuso que su hermana había abierto la boca.

Si nos hubiéramos encontrado en circunstancias diferentes te hubiera amado- se limitó a responder Hans -estas son circunstancias diferentes- sonrió Anna -en efecto- le respondió en el odio a Anna mientras la acostaba, pero Anna lo besó en un descuido, y no se pudo resistir más.

Anna y Hans durmieron juntos, Hans había roto su única regla, nunca enamorarse de alguien.

Frozen: Libre seré (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora