Frozen: Libre seré (Sin editar)

Su pequeña Anna

Anna había dormido en la cama de su hermana toda la noche esperándola pero nunca llego, una criada la había levantado y le había dicho que su hermana estaba abajo con el joven Kristoff.

Anna bajó corriendo y por casi tropieza con una escultura que se encontraba en el pasillo pero por alguna razón Anna estaba emocionada de ver a su hermana querida y a su prometido.
-Elsa por fin viniste, te estuve esperando toda la noche- le decía Anna mientras abrazaba a su hermana cuando terminó el corto abrazo de apenas segundos, -donde has estado Elsa?- Elsa mirando a Anna y con vergüenza porque la noche anterior, había traicionado a su querida hermana a su pequeña Anna como podría decirle a Anna que se había acostado con su prometido.

-Bueno señoritas las dejo por que tengo mucho sueño y me tengo que ir a dormir- dijo Kristoff mientras le dio un largo beso a Anna en la boca, Elsa sintió celos aunque no lo acepto, tenía una decisión que tomar, o se quedaba con su hermana y con el reino o sin su hermana y con Kristoff.

La decisión estaba tomada, sabía que exactamente hacer, lo había pensado todo el camino a casa mientras observaba a los majestuosos pinos como aún cubierto de nieve se veían hermosos, también vieron unos conejos algo tímidos pero tiernos.

-Anna escúchame, se que pensaras que soy una zorra- dijo al final Elsa -Pero esto será más difícil para mi que para ti, por favor perdóname- e inmediatamente Elsa se tiró a los pies de Anna a llorar.

La cara de Anna era de terror y confusión pero al fin pregunto que sucedía y Elsa entre lágrimas y sollozos le contó cuanto amaba a Kristoff y que habían pasado la noche juntos. Anna sin una sola palabra y en estado de shock salió de la estancia y caminó sin rumbo fijo, como sí fuera una momia.

Elsa subió a las estancias de Kristoff y se metió en su cama para cubrirlo de besos, Kristoff se levantó asustado pensando que era Anna, cuando notó que era Elsa, la cogió entre sus brazo y la hizo suya una vez más, sábanas estabas heladas y la estancia se veía gélida por las decoraciones en plateado pero cuando terminaron el ambiente fue más cálido y acogedor de lo usual.

La mañana siguiente Elsa con una enorme sonrisa en la cara bajó a desayunar y el comedor brillaba porque todas las cortinas fucsias se habían abierto y el desayuno eran huevos hervidos con manzanas,uvas y fresas cortadas en cuadros y un vaso de vino aguado con agua, Elsa se sentía feliz y se sentía realizada todo lo que había hecho había salido a la perfección.

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Kristoff por su parte bajo minutos después con la misma cara, él por su parte tenía a la mujer de su vida a su lado, no importa nada ya pero después del desayuno piensa hablar con Anna aún no sabe que decirle pero algo debe decirle, algo se le ocurrirá.

Pasea por el jardín trasero del castillo lleno de pequeños laberintos de hiedra verde fáciles de cruzar, y al final estaba Anna sentada de espaldas con la misma ropa que utilizo la última vez que la vio, no sabe que decirle pero tiene pedirle perdón tiene que hacer algo. Todo esto es su culpa.