Se limita a observar

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Anna estaba lista después de unos minutos en que se demoraron en congelarle el vestido y el cabello, Anna como siempre inocente creía que el pirata misterioso se la creería, y para Elsa eso era bueno así no haría cualquier clase de pregunta tonta, como las que siempre hacia.

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Habian pasado sesenta minutos aproximadamente desde que Anna estaba parada ahí en el jardín, sola sin ningún sonido sólo el eco de la catástrofe acontecida hace unos instantes, todo se había desvanecido pero por que? que estaba pasando? cual era el punto de todo esto? hace unos segundos todo estaba lleno de horror y gritos.

Todo en calma y serenidad Anna recodó lo que le había dicho Elsa

Flashback

Elsa tomó la mano de Anna mientras bajaban por la escalera -Anna quiero que tengas este cofre, tiene muchas joyas- Elsa la miró a los ojos con mucho miedo, Anna pudo notarlo pero no dijo nada simplemente tomó el cofre sin decir absolutamente nada solo asintió con la cabeza esperando que Elsa diga algo más pero sólo continuaron bajando y caminando.

Anna tenía mucho frío pero no sabía si era por el miedo o por que estaba envuelta en cientos de capas de hielo, cuando por fin salieron al jardín Kristoff estaba afuera junto a Jiménez, el cual tenía en sus manos un pergamino, Elsa corrió hacia el hombre y le quitó el pergamino.

Jiménez con una sonrisa satisfactoria se retira del jardín misteriosamente, Anna no sabe que esta pasando aquí pero se limita a observar la escena: una Elsa desesperada por un pergamino y un Kristoff confundido igual o peor que ella.

-Anna quiero que te quedes aquí, no te va a pasar nada, nosotros nos tenemos que ir hermana porque nuestro pueblo nos necesita.-

Fin de flashback

Al poco tiempo de que el cielo pasó de un negro absoluto a un negro anaranjado producto de la salida del sol, Anna abrió los ojos y cuando se dio cuenta de que estaba encadenada a un palo de donde los piratas usualmente cuelgan las banderas de su nave.

Anna intentó desencadenarse pero no lo pudo lograr, gritó por ayuda pero ninguno de los piratas que estaban ahí le prestaban la más mínima atención por ende para las dos de la tarde estaba sentada en el piso sin hacer el mínimo esfuerzo, un marino después de un rato le lanzó un plato de comida; arroz con un puré blanco cerca de su pierna derecha que estaba estirada.

La pierna izquierda que estaba recogida empezó a hormiguear, cuando intentó comer con la boca tras que la mitad de la comida se regó cuando se la habían lanzado, la otra mitad que quedaba término igualmente en el piso, por que comía desesperada con la boca por ende sólo logró comer 1/3 de la comida.

Para los siguientes días: el hambre; los constantes maltratos de los piratas que la miraban de una forma morbosa o la intentaban besar, que después de rechazarlos ellos la golpeaban; y para el colmo el sol le daba justo en la cara. Anna se sentía sola y sin esperanza, quería morir.

Habían pasado semanas desde la última vez que vio a Elsa, todos los días eran horribles pero lo raro es que el capitán tenía un aire muy familiar, de hecho podría jurar que tenía un parecido impresionante a Hans...pero no podía ser por que él estaba lejos o al menos eso creía pero ya no estaba tan segura.

Pasaron las horas como siempre eran interminables pero por fin llegó la noche, en la noche los piratas dormían o bebían pero dejaban la proa vacía y a ella la dejaban tranquila pero igual no dormía por que sabía que si dormía un pirata ebrio abusaría de ella así que se mantenía alerta.

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Hans todas las mañanas se levantaba a la una y dormía a la una, él solía quedarse hasta el final en la proa esperando que cada marino baje a los compartimientos húmedos y llenos de moho a los que ellos llamaban camarotes aunque en realidad parecieran bodegas viejas, ellos no se quejaban y a él no le interesaba.

El manejaba el timón, le encantaba sentir la brisa del mar en su rostro pero durante esas semanas no solo miraba el mar si no que miraba a la princesa, aunque estaba maltratada y sucia aún seguía siendo linda, por algo sus piratas la querían.

Aunque cada vez que un pirata miraba a Anna le daba tanta rabia que lo hubiera matado sin pensarlo dos veces, Hans usando su astucia simplemente los mandaba hacer tareas humillantes como limpiar la proa, lavar la vajilla, o incluso limpiar su camarote, muchos les había tocado esas tareas que eran hechas por esclavos o novatos.

Los piratas estaban hartos de la actitud de la princesa -se hace la difícil capitán pero bien que quiere abrirse de piernas- se río uno a carcajadas, ese término limpiando los cubos llenos de excrementos de todos, cuando se acordó de esa anécdota Hans sonrió de lado.

Hans estaba harto de esperar la orden de su padre pero cuando lleguen al próximo puerto la carta de su padre estaría lista y si le daba permiso haría que Anna deje de estar encadenada y cenaría con él, pero esperaba que Afrodita sea buena con él y le permita recuperar el amor de Anna.

Frozen: Libre seré (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora