Nuestro propio infinito

1. Jackson Phrill

Hola, soy Jackson Phrill, tengo 19 años de edad y tengo una vida super normal, a quien engaño, soy el más popular de esta basura a la que llaman escuela y también en la sociedad. Soy deseado por todas pero solo me meto con las que llaman zorras porque son las más buenas en mi sentido favorito y soy el mejor tanto en las peleas como en las carreras, mi padre es un empresario super millonario y lo tengo todo, a mi no me falta nada, que podría decir si soy un rey desde antes de nacer.

Llegué a un casillero donde estaban mis cuates y los saludé a mi estilo.

-Oye Jack, ¿vas a participar en la carrera de esta noche?- dijo Leo mientras seguimos caminando.

-Pues obvio, esta es mi noche -dije bien seguro. Ellos estaban más preocupados que yo por el simple hecho de que yo iba a competir con el rey de reyes, pero no por mucho, hoy le quito ese título porque se lo quito.

-Te noto seguro Phrill- dijo Austin.

-No por mucho- escuché una voz y cuando miré era James, ese era el niñito mimado que todos consideraban el rey de reyes a ese estúpido idolatra.

-Sería yo el que debería decirte eso pendejo- dije un poco enojado, el sabe que soy el popular y mejor en todo pero el no lo acepta y por algo el me retó a competir por el título.

-Controlas tu maldita boca conmigo Phrill.

-Y si no lo hago qué?, yo hago lo que me de la gana y ni tu, ni otros pendejo como tu no mandan sobre mí, que te quede claro idiota- le dije mientras usé mi dedo índice para tocar su cabeza varias veces.

-Te crees tan rey, hoy se te caerá la corona Phrill.

-Nos vemos esta noche Collins- dí una media vuelta y me fuí sin perder la onda- si no te arrepientes- y me largué con mis cuates mientras me reía.

-Va a ver ese maldito de Phrill, hoy se le cae el título, hoy se le cae.

-Seguí mi camino rumbo a la cafetería y cuando entré todos mis cuates se disparsieron para llegar a nuestra mesa. La gente de esta basura la llama la mesa redonda, porque hay una historia de un rey y una mesa redonda y cosas así pero yo las ignoro porque encuentro que son estúpidas. Seguí caminando hasta que llegué a mi mesa y ahí estaban las zorristas digo porristas de esta escuela, a veces esas tipas me irritaban demasiado, tanto que a veces ni las soporto pero las necesito seguir provando a cada una porque sino no sería el rey.

Terminó el almuerzo y me dirigía clase hasta que me acordé de que se me quedó el cuaderno de esa clase y salí a buscarlo a ver si lo tenía adentro del auto. Salí a fuera y lo único que grité fué:

-HIJO DE PERRA- y le pegué una fuerte patada al auto- MALDITO JAMES- ese hijo de perra pintó mi auto de rosa y lo rayó y para el colmo el pintó con blanco llegué yo amiguis y abajo en pequeño escribió att: jc, el siempre dejaba esa inicial cada vez que hacía algo para que supieran que era el. Me subí en el y me fuí rápidamente a un auto-lavado antes de que alguien lo viera, cuando llegué estaba lleno, se lo deje al más confiable y me largué lo más pronto posible y me fuí a mi callejón de siempre y golpié el muro lo más fuerte posible y destapé una cajetilla de cigarrillos y me comencé a fumar uno, estaba bastante enojado que prefiero fumar porque sino mato al primero que se me atraviese, no puedo creer que ese maldito se atrevió a eso, pero me las va a pagar, ese pendejo me las va a pagar.

Estaba afuera en la salida esperándolo y el nada que salía yo llegué justo con la campana y su auto seguía ahí así que no se debe de haber ido, hasta que en ese instante salió y lo tomé por sorpresa.

-El que juega conmigo está jugando con fuego sin tener en cuenta cuanto daño puede hacer- lo tenía sujetado por el suéter y cuando terminé de hablar le dí un puñetazo en la nariz haciendo que retrocediera al instante. Todos se quedaron viendo en silencio, entonces la perra de James vino a romperlo golpeando mi mejilla y en ese instante un idiota gritó -peleaaa- y todos llegaron.